Cómo una vasija sellada protegió un esqueleto egipcio clave para la ciencia moderna

Un esqueleto egipcio de la Era de las Pirámides, preservado en una vasija, sobrevivió al Blitz y revela datos genéticos clave sobre el Imperio Antiguo.
El análisis genético de un esqueleto hallado en Egipto permitió recuperar el genoma humano más antiguo del país.
El análisis genético de un esqueleto hallado en Egipto permitió recuperar el genoma humano más antiguo del país.
El análisis genético de un esqueleto hallado en Egipto permitió recuperar el genoma humano más antiguo del país.
El análisis genético de un esqueleto hallado en Egipto permitió recuperar el genoma humano más antiguo del país.

Pedro Vargas

Redacción ED.

Pedro Vargas

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Nacido en Junín. “Mis inicios” en el periodismo, ocurrieron en la sala de mi casa, leyéndole e... Ver más

Un esqueleto de un hombre adulto, hallado en 1902 en Nuwayrat, Egipto, y preservado en una vasija cerámica, sobrevivió los bombardeos la Segunda Guerra Mundial. Esto permitió a científicos del Instituto Francis Crick analizar su ADN en 2025 para desentrañar la diversidad genética y los contactos culturales del Imperio Antiguo.

En 1902, arqueólogos descubrieron en Nuwayrat, a 265 kilómetros al sur de El Cairo. Una tumba excavada en roca que albergaba un esqueleto humano dentro de una vasija cerámica sellada. Este entierro, data desde hace 4.500 años. En la Era de las Pirámides (circa 2.700-2.500 a.C.), corresponde a un hombre adulto de unos 60 años, una edad avanzada para la época.

La práctica de entierro

La práctica de enterrar a un adulto en una vasija era rara en el antiguo Egipto. Esto convierte este hallazgo en un caso único para los investigadores. Tras su descubrimiento, el esqueleto fue donado al Instituto de Arqueología de la Universidad de Liverpool y, posteriormente, trasladado al Museo Mundial de Liverpool. Supervivencia milagrosa.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos alemanes conocidos como el Blitz (1940-1941) devastaron gran parte de Liverpool. Estos destruyeron numerosos restos humanos almacenados en el Museo Mundial. Sin embargo, el esqueleto de Nuwayrat, protegido dentro de su vasija, sobrevivió intacto. Este hecho permitió que, más de un siglo después, científicos pudieran emplear tecnología genética de última generación para analizar el material biológico conservado.

Estudio de The Guardian

Según un estudio publicado por The Guardian en 2025, la vasija cerámica actuó como una cápsula protectora, preservando el ADN del esqueleto en un entorno árido donde las altas temperaturas suelen degradarlo rápidamente. 

El equipo liderado por Pontus Skoglund, director del laboratorio de genómica antigua del Instituto Francis Crick en Londres, extrajo ADN de un diente del esqueleto. Los resultados, publicados en 2025, muestran que el individuo tenía piel oscura, ojos castaños y cabello castaño, con una ascendencia predominantemente neolítica norteafricana y un 20% de herencia genética del Creciente Fértil (actuales Irak, Siria y Palestina).

Estos datos confirman la existencia de rutas comerciales y culturales entre Egipto y Oriente Medio durante el Imperio Antiguo, un periodo clave que marcó la construcción de las primeras pirámides y la unificación del Estado egipcio.

Reconstrucción de la vida del individuo

El análisis osteológico al esqueleto, realizado en colaboración con Joel Irish, profesor de antropología en la Universidad John Moores de Liverpool, reveló detalles sobre las condiciones de vida del hombre. Presentaba artritis y desgaste óseo en el pie derecho, junto con marcas en las articulaciones que sugieren una postura prolongada sentado en el suelo, con las piernas estiradas y la cabeza inclinada hacia adelante. Estas características son compatibles con oficios como alfarero o tejedor, comunes en la época.

Irish señaló que el entierro en una vasija podría indicar un estatus especial o un simbolismo relacionado con su ocupación, posiblemente como un alfarero excepcional. El uso del torno de alfarero, introducido en Egipto desde el Creciente Fértil hacia el 2.500 a.C., pudo haber contribuido al desgaste óseo observado en el esqueleto.

Condiciones climáticas en Egipto y su impacto en la preservación

El clima árido y caluroso de Egipto, con temperaturas promedio de 35-40°C en la región de Nuwayrat, dificulta la conservación de ADN antiguo debido a la rápida descomposición del material genético. Sin embargo, la vasija sellada creó un microambiente que protegió el esqueleto de la humedad y las fluctuaciones térmicas, preservando su integridad. Este factor fue crucial para que el ADN permaneciera viable para los análisis modernos.

El estudio del esqueleto representa un avance significativo en la arqueogenética egipcia, al proporcionar el primer genoma completo de un individuo del Imperio Antiguo. Este logro abre nuevas líneas de investigación sobre la diversidad genética, la movilidad poblacional y las interacciones culturales en el valle del Nilo.

Skoglund destacó que el descubrimiento permite identificar tumbas con restos humanos, entre ellos el esqueleto hallado, bien conservados. Estos son capaces de aportar ADN de calidad para futuros estudios.

El valor de las colecciones museísticas

El caso pone de relieve la importancia de las colecciones arqueológicas almacenadas en museos. La preservación del esqueleto en el Museo Mundial de Liverpool fue determinante para su análisis, demostrando cómo los avances tecnológicos pueden multiplicar el valor científico de materiales resguardados durante décadas. El equipo de Skoglund planea analizar más restos conservados en instituciones británicas para construir un registro genético antiguo del Egipto faraónico, con el objetivo de profundizar en la evolución de las poblaciones y sus conexiones con culturas vecinas.

El Imperio Antiguo (circa 2.700-2.200 a.C.) es conocido como la Era de las Pirámides, un periodo de esplendor en el que se construyeron monumentos icónicos como la Pirámide de Giza. Fue una etapa de consolidación del Estado egipcio, con un fuerte desarrollo en arquitectura, arte y comercio. Los hallazgos genéticos confirman que las poblaciones egipcias ya mantenían una mezcla significativa de influencias regionales.  Especialmente con el Creciente Fértil, lo que refleja una red de intercambios culturales y económicos en el mundo antiguo. (27)

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