El parque automotor de la ciudad de Portoviejo crece a pasos agigantados. Se hace imposible transitar en horas pico por calles y avenidas.
La movilidad es intensa, inclusive por la presencia de usuarios que vienen de otros cantones y provincias a hacer diligencias, por ser la capital manabita.
Esta movilidad se intensifica y es difícil de controlar por agentes de tránsito y Policía Nacional, en horas en que se mueven estudiantes, servidores públicos y más personas. Esto hace necesario que nuestras autoridades cantonales y provinciales se reúnan con carácter urgente para tratar temas de importancia provincial y nacional, como obras de circuitos viales, pasos laterales, puentes y pasos a desnivel vehicular, que tanto lo necesita Portoviejo.
Ciudadanos y candidatos han propuesto, para descongestionar el caos vehicular, proyectos, que inclusive ya tienen estudios de circuitos viales. Lo que tocaría hacer es actualizarlos, pero estas propuestas no han llenado las expectativas de las autoridades de turno que han pasado por el Municipio y Prefectura. No sabemos los motivos por los que no han prosperado. Sería una de las soluciones de movilidad del tránsito para tantos problemas que tenemos cuando se cierra una arteria principal.
Señor alcalde, señor prefecto, es un SOS de los portovejenses: que hagan estos pasos laterales. Uno de los estudios nos dice que saldría desde el ingreso a la vía por donde están las oficinas de Portovial, avanzaría por la parte de atrás, unos 8 kilómetros hasta salir a la vía a Lodana de Santa Ana. El segundo eje vial estaría ubicado por la Tomatera, saliendo hasta la vía Río Chico – Zapallo – Cuatro Esquinas, las cuales serían de enorme importancia para descongestionar el tránsito.
Los portovejenses no aguantamos más este mal. Es insoportable, pero hasta que construyan los circuitos viales tendremos que seguir soportando con paciencia y serenidad.
Todo el mundo hace lo que le da la gana en el tránsito. Se estacionan haciendo hasta tres carriles en los centros educativos. En la calle Chile se propone que saquen la ciclovía, donde se pierden casi dos metros. Pueden colocar esas “chirimoyas” en otras calles de menos circulación, pero que conduzcan al mismo destino, y así la Contraloría no lo observaría, porque se estuviera cumpliendo con la misma obra y el mismo objetivo, que es favorecer a los ciclistas y triciclos, que para mi concepto deberían también cumplir con las leyes de tránsito.