En 2024, el aeropuerto General Eloy Alfaro de Manta generó más de 2,2 millones de dólares, pero apenas recibió 92 mil para su operación. Así lo reveló Jimmy Villavicencio, presidente del Comité Aeroportuario, durante una entrevista con Carlos Vera en el programa radial Del Día a la Noche.
Según Villavicencio, el problema no es la falta de demanda del servicio, sino la falta de recursos y decisiones centralizadas que asfixian el desarrollo de la terminal aérea. “Manta no tiene presupuesto, a pesar de que genera el dinero suficiente para poderlo tener”, recalcó Villavicencio, quien además explicó que las decisiones sobre el aeropuerto se toman en Quito o en la oficina regional de Guayaquil.
Actualmente, el aeropuerto no cuenta con autonomía administrativa ni operativa. El jefe de terminal que opera en el sitio tiene atribuciones mínimas y depende de procesos burocráticos lentos incluso para compras básicas, se indicó.
Una infraestructura estratégica con números en rojo
El contraste entre lo que el aeropuerto genera y lo que recibe es alarmante. Según lo expuesto en la entrevista:
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Ingresos generados en 2024: 2,2 millones de dólares
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Presupuesto ideal estimado: 500 mil dólares sin incluir la pista
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Asignación presupuestaria proyectada: 190 mil dólares
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Fondos efectivamente recibidos: 92 mil dólares
Con esa mínima cantidad se pretende cubrir desde fumigaciones contra aves, hasta mantenimiento de baños, aire acondicionado o compra de materiales de oficina. Como resultado, muchas de estas tareas han sido cubiertas con ayuda de empresarios locales y del municipio.
El aeropuerto Eloy Alfaro resultó afectado por el terremoto del 2016 por lo se hicieron trabajados para que vuelva a funcionar. 27 millones de dólares costó su construcción. Sin embargo, las quejas de los usuarios han sido recurrentes. Incluso en temas elementales como fallas en el sistema de climatización, de las bandas para el equipaje, e incluso el mal estado de los baños.
Un aeropuerto con alta demanda, pero sin soporte técnico
Paradójicamente, el aeropuerto tiene una ocupación superior al 90% en los vuelos internacionales hacia Panamá, con una proyección de hasta siete frecuencias semanales con Copa Airlines. Sin embargo, la falta de mantenimiento, como el crecimiento de maleza que atrae aves, obligó a finales de junio de 2025 a suspender los vuelos del mediodía.
Villavicencio señaló que la demanda de vuelos es creciente, pero el riesgo operativo también. La situación ha recibido tanta crítica que incluso hubo que realizar colectas entre empresarios para dotar al aeropuerto de computadoras, internet y mobiliario para el área de migración. “La única manera de que el país crezca es con descentralización”, enfatizó, al defender la propuesta de que la administración del aeropuerto pase a manos del municipio de Manta.
El aeropuerto podría convertirse en una puerta internacional clave. No solo por la comunidad manabita en Nueva York, sino por su potencial turístico con conexiones a Galápagos y Cuenca. Sin embargo, decisiones pendientes y la falta de voluntad política mantienen paralizados los avances. Incluso una directiva para firmar un contrato interinstitucional —emitida por el ministro de Turismo— no fue acatada por la Dirección de Aviación Civil (DAC), contó Villavicencio.