Portoviejo se convirtió en los últimos años en un municipio con capacidad de endeudamiento responsable.
Ha utilizado esa facultad con buen criterio, destinando créditos a obras esenciales como el proyecto Triple AAA para dotar de agua potable a las parroquias rurales, o el plan hidrosanitario que abastecerá a las ciudadelas del norte. Se trata de infraestructura básica, largamente esperada, y que ahora empieza a convertirse en realidad.
Ese modelo de gestión debe ser valorado y protegido. Pero también debe completarse. Y eso significa que el Municipio no debe caer en la demagogia de prestar servicios sin cobrar lo justo por ellos. Agua potable, alcantarillado, mejoramiento vial y recolección de basura son servicios que deben pagarse de forma proporcional por quienes los reciben. Esa recaudación es la fuente con la cual se podrá cubrir los compromisos adquiridos por el cabildo.
Ahí está la clave del desarrollo sustentable: crédito para hacer obras, servicios bien prestados, tarifas técnicas, buena cobranza y pago responsable de las deudas. Si eso se cumple, el círculo se completa y Portoviejo vuelve a estar en condiciones de seguir accediendo a más financiamiento para más obras.
Se acercan tiempos electorales. No se puede caer en la tentación de regalar lo que debe pagarse.