Las autoridades colombianas capturaron a un presunto líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), identificado como alias ‘JF’, acusado de orquestar el secuestro de un menor y participar en varios atentados en Cali, Jamundí y el norte del Cauca. La detención, realizada por el nuevo Bloque de Búsqueda de la Policía, marca un avance en la lucha contra estructuras criminales en el suroccidente del país.
El operativo tuvo lugar en Cali, donde ‘JF’ operaba activamente, según informó la Policía Nacional. El sospechoso está vinculado al secuestro de Lyan Hortua, un menor que permaneció 18 días retenido en una zona rural de Jamundí. Hortua fue liberado el 21 de mayo tras el pago de un rescate millonario por parte de su familia, según reportó Caracol Radio. Además, las autoridades investigan la participación del detenido en los atentados registrados la semana pasada en Cali y Jamundí, que dejaron tres personas fallecidas y más de 80 heridas.
Operativo del Bloque de Búsqueda
La captura de ‘JF’ representa el primer resultado significativo del Bloque de Búsqueda, una unidad de élite creada recientemente en Cali para combatir a las más de 70 bandas criminales que operan en la región. Este grupo especializado, integrado por miembros de la Policía Nacional, tiene como objetivo desarticular organizaciones de alto impacto en el Valle del Cauca y el norte del Cauca, zonas afectadas por la violencia y el crimen organizado.
De acuerdo con las autoridades, ‘JF’ era un objetivo prioritario debido a su rol como coordinador de actividades delictivas en la región. Las investigaciones señalan que lideraba operaciones de secuestro y extorsión, además de planificar ataques contra civiles y fuerzas de seguridad. Los atentados de la semana pasada, que incluyeron explosiones en zonas urbanas, habrían sido ordenados por estructuras bajo su mando, según fuentes policiales.
Contexto de violencia en el suroccidente colombiano
El suroccidente de Colombia, especialmente Cali y Jamundí, ha enfrentado un repunte de violencia en los últimos años debido a la presencia de grupos disidentes de las FARC y otras organizaciones criminales. Estas estructuras se disputan el control de rutas de narcotráfico y territorios estratégicos, generando un impacto directo en la seguridad ciudadana.
En este contexto, el secuestro de Lyan Hortua conmocionó a la opinión pública. El menor fue retenido en una zona rural de Jamundí, un municipio cercano a Cali, y su liberación solo se logró tras intensas negociaciones y el pago de un rescate. Este caso puso en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades locales frente a las acciones de grupos armados.
Avances en la investigación
Las autoridades continúan investigando a ‘JF’ para determinar su grado de responsabilidad en otros delitos en la región. Además de los cargos por secuestro y terrorismo, se le atribuyen vínculos con redes de extorsión que afectan a comerciantes y empresarios en el Valle del Cauca. La Policía Nacional ha anunciado que reforzará los operativos en la zona para capturar a otros miembros de la estructura criminal liderada por el detenido.
Por su parte, el Bloque de Búsqueda seguirá operando en el suroccidente del país. El objetivo es desmantelar las redes delictivas que operan en la región. Las autoridades han hecho un llamado a la ciudadanía para que colabore con información que permita identificar a otros responsables de actos violentos.
La detención de ‘JF’ es un paso hacia la reducción de la criminalidad en una de las zonas más afectadas por la violencia en Colombia. Sin embargo, las autoridades reconocen que aún queda un largo camino para garantizar la seguridad en el Valle del Cauca y el norte del Cauca.