Las festividades de San Pedro y San Pablo, programadas para los días 28, 29 y 30 de junio en la parroquia Picoazá de Portoviejo, se llevarán a cabo con normalidad. Esto, a pesar de los rumores sobre posibles cancelaciones debido a los niveles de inseguridad, de parte de los organizadores se ha confirmado la continuidad de las actividades tradicionales incluidos visitantes extranjeros atraídos por estas celebraciones católicas.
El anuncio responde a la preocupación generada por el contexto de inseguridad que afecta a varias regiones del país, lo que ha llevado a cuestionar la viabilidad de eventos masivos. Sin embargo, desde Picoazá se enfatizó que las festividades, profundamente arraigadas en la cultura local, no se suspenderán, aunque se implementarán ajustes, especialmente en las actividades bailables, debido a restricciones impuestas por el estado de excepción vigente.
Tradición y seguridad para festividades
Carlos Gilces, presidente del colectivo ciudadano de Picoazá, aclaró que las fiestas en honor a San Pedro y San Pablo son una tradición anual que no se interrumpirá. “Es importante desmentir los rumores. Las actividades se realizarán como siempre, rindiendo homenaje a nuestros apóstoles”, afirmó. Entre los eventos confirmados están la entrada de los gabinetes, la elección de la reina y la presentación del mejor poderlumbre, que son parte esencial de la festividad.
No obstante, las actividades bailables, una de las principales atracciones que suelen congregar a visitantes de otros sectores y países, enfrentan limitaciones. Según Gilces, solo un organizador, Chávez Rivas, obtuvo permiso de la Intendencia para realizar eventos de este tipo durante las fechas mencionadas. En años anteriores, como en 2024, las autoridades restringieron los bailes a una sola noche, lo que podría repetirse este año, dependiendo de las disposiciones oficiales.
Coordinación para garantizar la tranquilidad
Para asegurar el desarrollo seguro de las festividades, los organizadores han sostenido reuniones con representantes de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. “Hemos acordado con los presidentes de los gabinetes que se coordinará con las autoridades para reforzar la seguridad”, señaló Gilces. Aunque reconoció que la presencia de uniformados no elimina por completo los riesgos, destacó que su participación busca prevenir incidentes.
Además, se hizo un llamado a la ciudadanía para colaborar en mantener un ambiente pacífico. “La seguridad no depende solo de la Policía o los militares; todos debemos contribuir evitando actitudes violentas y promoviendo la convivencia”, expresó el representante. Este mensaje busca fomentar la participación responsable durante los días festivos. Además de atraer tanto a residentes locales como a visitantes extranjeros, quienes valoran la riqueza cultural de estas celebraciones.
Un atractivo cultural que trasciende fronteras
Las fiestas de San Pedro y San Pablo son un evento emblemático en Picoazá, conocido por su colorido y arraigo religioso. Según los organizadores, personas de otros países han manifestado su interés en asistir. Atraídas por la oportunidad de experimentar una celebración que contrasta con las festividades más discretas en sus lugares de origen. “Vienen enamorados de nuestra cultura y prometen regresar cada año”, indicó Gilces, subrayando el impacto positivo de las fiestas en el turismo local.
A pesar de los desafíos que impone el contexto actual, la parroquia Picoazá está decidida a preservar esta tradición.