En 2025, las negociaciones entre Ucrania y Rusia han logrado avances humanitarios significativos, aunque insuficientes para alcanzar un acuerdo político duradero.

En mayo, ambos países concretaron un intercambio de prisioneros de guerra, priorizando a menores de 25 años y heridos graves, acordado en las conversaciones de Estambul.

Este canje involucró a más de 1,000 prisioneros por cada lado, siendo uno de los mayores desde el inicio del conflicto en 2022.

Además, se realizó un intercambio de restos de soldados caídos, con Ucrania recuperando 1,212 cuerpos y entregando 27 a Rusia, un proceso mediado por la Cruz Roja Internacional que ha sido calificado como un paso crucial para mantener canales de diálogo abiertos.

Estas acciones, aunque limitadas, han generado esperanza en que gestos humanitarios puedan servir como base para futuras negociaciones. Sin embargo, la falta de compromiso en temas políticos sigue siendo un obstáculo insalvable

Estancamiento Político: Demandas Inconciliables

A pesar de los avances humanitarios, las negociaciones políticas entre Ucrania y Rusia enfrentan serios desafíos.

Rusia ha presentado demandas que Ucrania considera inaceptables.

Una de ellas es la retirada completa de las fuerzas ucranianas de las regiones de Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Kherson, anexadas ilegalmente por Moscú en 2022, así como la desmilitarización total y el abandono de la aspiración de Ucrania a unirse a la OTAN.

Por su parte, Ucrania insiste en un alto el fuego incondicional de 30 días, la devolución de todos los prisioneros y niños ucranianos deportados, y garantías de seguridad respaldadas por Occidente.

Las tensiones se intensificaron cuando Rusia acusó a Ucrania de retrasar un canje humanitario acordado.

Mientras que Kiev señaló a Moscú por no compartir a tiempo sus propuestas de paz, lo que generó desconfianza mutua. La brecha entre las posiciones de ambos países, sumada a la escalada militar —como los ataques con drones ucranianos en bases rusas en junio—, ha frustrado los esfuerzos por avanzar hacia un alto el fuego.

Presiones Internacionales y Divergencias

El contexto internacional complica aún más las negociaciones. La administración de Donald Trump, que asumió el poder en enero de 2025, ha presionado por un acuerdo rápido, pero sus propuestas, que incluyen el reconocimiento de facto de Crimea como rusa, han generado críticas en Ucrania y entre sus aliados europeos.

Países como Reino Unido y Alemania han calificado las demandas rusas como “inaceptables” y han instado a mantener sanciones contra Moscú si no se logra un alto el fuego.

Mientras tanto, Turquía ha desempeñado un rol clave como mediadora, albergando las rondas de diálogo en Estambul y proponiendo una cumbre entre Zelenskyy, Putin y Trump.

Sin embargo, la falta de voluntad de Rusia para comprometerse, junto con la percepción de Ucrania de que podría ser marginada en un acuerdo bilateral entre Estados Unidos y Rusia, ha generado incertidumbre. La comunidad internacional sigue dividida entre quienes abogan por una solución diplomática inmediata y aquellos que insisten en que cualquier acuerdo debe respetar la soberanía ucraniana, dejando el camino hacia la paz lleno de obstáculos