Las olas siguen golpeando con fuerza la costa de la parroquia Crucita, donde varias edificaciones están en riesgo de colapsar.
La estructura de lo que sería de un edificio de siete pisos, construido a 700 metros de la facilidad pesquera, en el sector de Los Ranchos, es uno de los de mayor riesgo. El terreno que sostiene las bases principales de la edificación se ha socavado, quedando en el aire parte del edificio.
Las olas han destruido propiedades
A 1,3 kilómetros de allí, en el sector de Las Gilces, una vivienda colapsó con los oleajes de marzo del 2025, mientras que otra edificación de tres pisos, corre el mismo riesgo. De hecho, la piscina que había sido construida en la parte posterior de la edificación, frente a la playa, colapsó.

Filerma Reyes, habitante de este sector, dijo que la casa que colapsó fue la de su hermana, quien tuvo que evacuar y alquilar una vivienda, porque no tenía dónde ir y no ha recibido ayuda.
Su casa, está a unos diez metros de las piedras escolleras que se ubicaron para proteger las fuerzas de las olas, pero teme que el mar siga ganando terreno y también afecte su vivienda. “Nuestra preocupación es que vengan las olas más fuertes e inunden nuestra casa”, expresó la mujer, quien asegura no tener dónde más vivir. Espera que se coloquen más piedras escolleras para protegerse del mar.
30 predios tienen el mismo riesgo
En los cerca de 2 kilómetros de playa, desde el sector de Los Ranchos hasta Las Gilces, hay alrededor de 30 propiedades que deben soportar la fuerza de las olas. Algunas cuentan con mayor protección de las piedras escolleras, pero otras, como un edificio de siete pisos, no tienen ningún tipo de defensa y están vulnerables al embate del mar.

En el 2023, la Prefectura de Manabí colocó piedras escolleras en este perfil costero, pero varias de las rocas se han enterrado.
Johana Demera, vicepresidenta de la comuna Las Gilces, aseguró que el mar sigue socavando la tierra y “las piedras se van hundiendo cada día más”. Recordó que antes de que se construyera la facilidad pesquera de Crucita, el mar estaba a unos 50 metros de los predios, pero poco a poco fue ganando terreno y ya no tienen playa.
Por eso, dijo que ha hecho varias solicitudes a la Prefectura de Manabí para que se coloquen más piedras escolleras. “Últimamente el mar está ingresando más y se inunda la ciudadela”, mencionó la dirigenta. Recalcó que por la falta de protección, varias edificaciones en cualquier momento colapsarán.