En el centro de Manta, una caña improvisada sostiene un enredo de cables de telecomunicaciones en la calle 14 y avenida 14, sustituyendo un poste de hormigón. Esta situación, lejos de ser una solución, compromete la seguridad y daña el ornato urbano.
Robespierre Jarre, un ciudadano indignado, denunció este problema que afecta a transeúntes y conductores en una zona transitada. “Es un tallarín de cables; el municipio debe sancionar a las empresas de telecomunicaciones que desordenan la ciudad”, afirmó, destacando el riesgo latente.
Por su parte, los vecinos coinciden en que la caña representa un peligro inminente. La precaria estructura podría colapsar, causando accidentes o interrupciones en los servicios. Además, el desorden visual de los cables afecta la estética de Manta, una ciudad turística.
Los residentes exigen que el municipio intervenga con urgencia. Las empresas de telecomunicaciones, responsables de instalar y mantener los cables, deben reemplazar la caña por un poste adecuado. Asimismo, urge regular el tendido de cables para evitar futuros problemas similares.
Mientras tanto, la situación refleja una falta de fiscalización. Según el Código Orgánico de Organización Territorial (COOTAD), los municipios deben garantizar el ornato y la seguridad pública. Sin embargo, la proliferación de cables desordenados evidencia una gestión insuficiente en el control de infraestructura urbana.
Gisella Peñarrieta, experta en urbanismo, sugiere que Manta implemente un plan de cableado subterráneo, como en otras ciudades modernas. Esta medida no solo mejoraría la estética, sino que también reduciría riesgos en temporales o sismos, frecuentes en la región costera de Manabí.
En Manta, calles como la 13, avenida 24, Flavio Reyes, Avenida Barbasquillo, 4 de Noviembre y Avenida 113 fueron regeneradas por el municipio con parte de un crédito de 100 millones obtenidos a través del Banco Mundial, esta obra incluyó el soterramiento.
Ciudadanos piden campañas para reportar estas irregularidades
Por otro lado, la comunidad propone que el municipio coordine con las empresas de telecomunicaciones para identificar postes en mal estado y priorizar su reemplazo. También piden campañas de concienciación para que los ciudadanos reporten irregularidades, fortaleciendo la participación en la gestión urbana.
La caña, aunque provisional, simboliza un descuido que no debe repetirse. Los ciudadanos instan a las autoridades a actuar. La presión comunitaria busca transformar este problema en una oportunidad para modernizar la infraestructura de Manta, asegurando un entorno más seguro, ordenado y atractivo para todos.