El retorno al poder de Donald Trump fue acompañado de estrategias eficaces y tóxicas.
Entre tales estrategias está la saturación de la agenda pública con múltiples anuncios sobre temas trascendentes y de interés, aunque reñidos o contrarios a las leyes y la Constitución, con la intención de abrir frentes de oposición y resistencia para desorientar y polarizar, una táctica descrita como “flood the zone”, en español “inundar la zona”, cuyo propósito es manipular la atención.
La construcción de enemigos, que inicia con la identificación de adversarios como la inmigración o China, movilizando a su base de apoyo con narrativas de “nosotros vs. ellos”. El uso de redes sociales y mítines para proyectar una imagen de líder fuerte y omnipresente, minimizando las instituciones democráticas, y una política económica cortoplacista, en torno a medidas como recortes fiscales o aranceles.
De acuerdo con lo predicho, la guerra arancelaria de abril de 2025, declarada emergencia económica nacional, impuso aranceles generalizados, justificados como protección a la industria y seguridad nacional de EE. UU. Arancel base del 10 % aplicable a todas las importaciones, con tarifas adicionales para países con déficits comerciales significativos (China, India); reciprocidad comercial bajo la premisa “trátanos como te tratamos”, que busca equilibrar disparidades arancelarias (EE. UU. 3,3 % vs. India 17 %).
Negociaciones estratégicas como el acuerdo firmado con China en mayo de 2025, que tiene como objetivo reducir parcialmente tarifas, pero manteniendo medidas proteccionistas. Tales aranceles han generado efectos mixtos y críticas. Por ejemplo, costes para consumidores, al actuar los aranceles como impuestos indirectos.
Aunque se prometen empleos industriales, estudios muestran que los aranceles reducen el empleo manufacturero en un 1,4 % debido a costes operativos y represalias. Adicional, crece la incertidumbre global, dada las amenazas de guerras comerciales, volatilizando aún más los mercados, como la caída del 5,5 % del Dow Jones en abril de 2025.
En torno a la geopolítica, Trump utiliza los aranceles como una herramienta que le permitirá la reconfiguración del orden económico, es decir, una probable reducción de la dependencia con China, así mismo mitigar riesgos en la cadena de suministro de tierras raras (esenciales para las tecnologías modernas), donde China controla el 70 %. Pero también prioriza la política exterior transaccional a partir de amenazas a sus socios Canadá, UE.
El núcleo del populismo trumpista es una mezcla de nacionalismo económico, retórica confrontativa y cortoplacismo político con efectos en la movilización de bases desencantadas, costos económicos y geopolíticos —como inflación, desconfianza internacional y erosión institucional.