Un grupo de investigadores del GENUD (Instituto de Investigación Sanitaria Aragón/ Universidad de Zaragoza) demostró que una mayor adherencia a la dieta mediterránea en niños de entre tres y seis años puede ayudar a prevenir el sobrepeso en la infancia.
El estudio, publicado en la revista ‘Pediatric Obesity’, concluye que los niños que siguen este patrón alimentario presentan una composición corporal más saludable. Además, tienen un menor Índice de Masa Corporal (IMC), menos masa grasa total y menos perímetro de cintura.
«El estudio aporta nueva evidencia científica sobre los beneficios de la dieta mediterránea desde los primeros años de vida», explicó el equipo investigador. Añadió la importancia de establecer hábitos alimentarios saludables en etapas clave del desarrollo, como lo son estas edades.
Una buena estrategia contra el sobrepeso en los niños
En ese sentido, los científicos han señalado que la dieta mediterránea sirve como una estrategia «eficaz» para promover una composición corporal saludable. Así como para prevenir problemas de salud relacionados con el exceso de peso desde edades tempranas.
La investigación ha sido liderada por la investigadora Alicia Larruy-García, supervisada por Pilar De Miguel-Etayo, María Luisa Miguel y Luis Moreno, investigador principal del grupo GENUD, todos ellos pertenecientes al CIBEROBN, Universidad de Zaragoza e Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.
Un problema global
La obesidad infantil es un problema de salud global que afecta a millones de niños. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años tenían sobrepeso u obesidad. Se trató de un aumento significativo desde los 340 millones en 2016. En 2025, se estima que esta cifra supera los 400 millones, con un incremento del 15% en regiones como América Latina y el Caribe, según UNICEF.
El principal factor es el cambio en los patrones alimentarios: el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas, ha crecido un 30% en la última década, mientras que la actividad física ha disminuido por el uso de dispositivos electrónicos. En países como México, el 35% de los niños de 5 a 11 años tienen obesidad, liderando las estadísticas mundiales. En África, la prevalencia pasó del 4% en 1990 al 10% en 2022, debido a la urbanización y dietas poco saludables.
Se trata de un peligro para la salud
Las consecuencias incluyen un mayor riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares en la adultez. La OMS reporta que los niños con obesidad tienen un 50% más de probabilidad de desarrollar estas condiciones. Así como de mantenerla o empeorarlas a lo largo de su vida.
Además, enfrentan estigma social, afectando su salud mental. Iniciativas como la Estrategia Mundial sobre Dieta y Actividad Física de la OMS buscan reducir estos índices promoviendo entornos escolares saludables y regulando la publicidad de alimentos procesados.