En Manabí hay muchos problemas que todos conocemos, pero hay uno del que casi no se habla y que está afectando a miles de personas, especialmente a los niños: la mala alimentación.
Muchos niños no comen bien y eso los hace crecer con problemas como desnutrición, anemia o incluso sobrepeso. Sí, aunque parezca raro, se puede estar malnutrido comiendo mucho, si lo que se come no tiene los nutrientes que el cuerpo necesita.
Por eso creo que en las escuelas se debería enseñar a los estudiantes a alimentarse correctamente. No solo a decir “esto engorda” o “esto es saludable”, sino a entender por qué ciertos alimentos hacen bien y otros no. La educación alimentaria es tan importante como matemáticas o lenguaje, porque de eso también depende nuestra salud.
En las escuelas vemos que muchos niños llevan snacks llenos de azúcar, gaseosas, galletas o comidas rápidas. Y no es solo culpa de ellos, sino de la falta de información. A veces, lo que falta no es comida, sino conocimiento. No sabemos cómo combinar los alimentos, qué cantidades son las adecuadas o cómo aprovechar lo que se produce aquí mismo en Manabí.
Nuestra provincia tiene frutas, verduras, pescado, legumbres, pero mucha gente prefiere lo procesado porque es más rápido o porque no conoce otra opción. Entonces, enseñar desde pequeños a comer mejor puede cambiar eso. Podríamos tener una generación más sana, con menos enfermedades como la diabetes, la obesidad o la hipertensión que, aunque parecen de adultos, ya se están viendo en jóvenes.
Creo que el Ministerio de Educación debería incluir una materia o al menos clases prácticas donde se hable de nutrición de forma sencilla. Que nos enseñen a leer etiquetas, a preparar un desayuno saludable o a saber qué necesita el cuerpo para funcionar bien. Porque comer no es solo llenar el estómago, es cuidar la vida.
Comer bien no tiene que ser caro ni complicado, pero sí necesita educación. Y eso empieza en las aulas, con profesores que nos enseñen que la salud también entra por la boca. Si desde ahora aprendemos a cuidar nuestra alimentación, en el futuro habrá menos enfermos y más personas fuertes y felices.