En Manta, Fernando Liz, un emprendedor de 31 años, confecciona ropa para perros con destreza y pasión. Aprendió este oficio de sus padres hace once años, quienes, a su vez, heredaron la técnica de sus abuelos. Ahora, gracias al programa Manta Capacita, Liz no solo perfecciona su arte, sino que consolida su microempresa.
Mientras vende sus creaciones en los alrededores del municipio o en el parque Centenario Agustín Intriago, junto a su compañero Daniel Ruiz, elabora nuevos diseños. “Los trajes más pedidos son para perros pequeños, porque la gente prefiere no vestir a los de mayor tamaño”, asegura Liz con una sonrisa.
Manta Capacita, un proyecto liderado por Cristina Moreira, directora de Educación y Desarrollo Productivo, impulsa a 450 emprendedores activos. Este programa abre puertas a quienes desean materializar sus ideas de negocio. Para participar, los interesados deben inscribirse en la plataforma del proyecto y detallar su situación actual. Si carecen de preparación, reciben capacitación especializada.
Además, el programa asigna espacios estratégicos para que exhiban y vendan sus productos. “No solo capacitamos, sino que ayudamos a quienes tienen un proyecto y no saben cómo empezar”, explica Moreira con entusiasmo.
Manta se consolida como destino turístico con el auge de las rentas cortas
Convenios para capacitación de emprendedores
El programa establece convenios con la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM), donde los emprendedores se forman en áreas como gastronomía, textiles, artesanías y pesca. También aprenden a obtener registros sanitarios, esenciales para negocios de alimentos. Por si fuera poco, Manta Capacita otorga capital semilla de entre 500 y 800 dólares. Hasta ahora, 120 emprendedores, tanto ecuatorianos como extranjeros, han recibido esta ayuda financiera. Organizaciones como ACNUR y HIAS respaldan el proyecto, ampliando su impacto.
Fernando Liz es un ejemplo vivo del alcance de Manta Capacita. Antes de unirse, vendía sus productos de manera informal. Ahora, organiza su negocio con visión empresarial. “El programa me enseñó a estructurar mi emprendimiento y a llegar a más clientes”, cuenta mientras muestra un diminuto traje para un chihuahua. Sus días transcurren entre la atención a clientes y la creación de nuevos modelos, siempre con el apoyo de Daniel Ruiz, quien lo acompaña en esta aventura.
El programa capacita y ayuda económicamente
El impacto de Manta Capacita trasciende lo económico. Para muchos, representa una oportunidad de reinventarse. Emprendedores de diversas nacionalidades encuentran en este programa un espacio para crecer. “Aquí no importa de dónde vengas; si tienes una idea, te ayudamos a hacerla realidad”, afirma Moreira. Además, la capacitación no solo fortalece habilidades técnicas, sino que fomenta la confianza y la creatividad.
Manta Capacita demuestra que, con apoyo y formación, los sueños se convierten en realidades tangibles. Desde la confección de ropa para mascotas hasta la producción de alimentos artesanales, este proyecto siembra esperanza en Manta. Para emprendedores como Liz, el camino apenas comienza, pero ya saben que no están solos. Con cada nuevo negocio, Manta Capacita teje una red de progreso que transforma vidas y fortalece la economía local.