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Walter Andrade Castro
Los remedios para la crisis

Imaginémonos que un profesor de Colegio elabora su presupuesto familiar tomando como base los ingresos que recibe por dictar clases en tres colegios. Con esos ingresos planifica educar a sus hijos, comprar vestuario para todos, salir a comer a un restaurante una vez a la semana, reserva dinero para diversiones de los hijos y paga las cuotas mensuales por la compra de electrodomésticos.

Lunes 24 Noviembre 2008 | 20:39

Toda va bien: los hijos están contentos porque salen a comer fuera y pueden ir al cine, la esposa compra con tranquilidad lo que necesita para el hogar sin llegar a lujos. En otras palabras, no nadan en abundancia pero llevan una vida digna. De repente al profesor le dicen que le van a reducir a la mitad sus honorarios porque el número de alumnos ha disminuido en los colegios donde dicta clases. El profesor se asusta porque a menos ingresos tiene que replantear su presupuesto. Y se ve abocado a tomar decisiones: trabaja más, reduce drásticamente sus gastos o pide dinero a un banco para pasar el bache aunque esto es difícil porque está en la central de riesgo con calificación D. Qué hace primero: suspende la salida a los restaurantes y al cine. Esto es exactamente lo que pasa con el estado ecuatoriano. La economía se sostiene, principalmente, en tres puntales: recibe dólares, la mayor parte, de la exportación de petróleo, de las remesas de los inmigrantes y de los impuestos. Con esos ingresos había presupuestado construir carreteras, hospitales, escuelas, etc. Súbitamente, se presenta una crisis en el mundo que reduce drásticamente los ingresos de esas fuentes. Los inmigrantes envían menos porque los países donde trabajan están en crisis, los precios del petróleo se reducen porque los grandes consumidores están con problemas de liquidez y si los negocios internamente se contraen, las utilidades disminuyen y con ello los impuestos que se paga al estado. El gobierno entonces se enfrenta a la disyuntiva del profesor. Que hacer para suplir la falta de dinero. El presidente ha dicho que los problemas de ingresos obligaran a suspender los proyectos de inversión. Esto quiere decir que las grandes obras públicas que se han anunciado no se iniciarán o se suspenderán las que están comenzadas porque habría dificultades para pagar a los contratistas. Lo que a su vez significa que todo el dinero que mueve la obra pública se afectará, desde la señora de un quiosquito que vende almuerzos a los choferes de volquetas que transportan material para las vías, o el vulcanizador que al filo de la carretera parcha llantas pasando por las gasolineras, los vendedores de repuestos, los importadores hasta las empresas distribuidoras de materiales de construcción, de vehículos y por supuesto la cartera de los bancos que han financiado actividades relacionadas a la obra pública. Pero la pregunta es: cuándo y en qué monto se va a reducir el gasto público, como lo hizo el profesor del ejemplo?. "Todo el dinero que mueve la obra pública se afectará"
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