Como maestros sabemos que el juego es una de las mejores metodologías en la enseñanza aprendizaje de los primeros años, por esta razón existe una pedagogía lúdica aplicable en los jardines de infantes y en los primeros años de educación básica. El juego como herramienta pedagógica ayuda a potencializar las diversas dimensiones de la personalidad como son el desarrollo psicosocial, la adquisición de saberes, el desarrollo moral, porque permite la construcción de significados y de un lenguaje simbólico mediante el cual se accede al pensamiento conceptual. Claro está que los niños aprenden en ambientes apropiados, amables, afectivos, dinámicos y con la supervisión de un adulto. Todo lo contrario con los juegos cargados de violencia, agresividad, discriminación que el mercado ofrece a los miles de consumidores de estos juegos y que además no hay un adulto que vigile la calidad de los mismos. Estudiosos de las consecuencias de estar por más de dos horas diarias frente a estos aparatos interiorizando imágenes y acciones de violencia hacen el efecto de un detonador, pues activan el comportamiento violento del niño o de la niña. Estos juegos en sus inicios entraron en el mercado con acciones sencillas, pero a medida que conseguían consumidores fueron creando todo un entorno no sólo de violencia sino de incitación a los juegos que los lleva a vivir ciertas acciones de personajes que poseen poder económico y pueden adquirir todo tipo de objetos, muebles, armas, vehículos, placeres e incluso droga. Paralelo a esto ellos van desarrollando destrezas de supervivencia y activando su imaginación en el campo del ataque y la defensa; así como también acostumbrándose a vivir en entornos virtuales en los cuales pueden controlar a un o a varios personajes para conseguir una meta u objetivo planteado. Esta forma constante de actuar los va volviendo muy manipuladores y discriminativos. Hay juegos en que los chivos de expiación son personajes indios, negros, pobres, desclasados, a los que simplemente con apretar un botón los eliminan. Ante esto la escuela y el hogar deben aplicar una serie de actividades que conlleven a reflexionar en lo perjudicial de los videojuegos. Las horas que nuestros hijos estás dedicando a estos juegos, son horas que restan a sus actividades escolares y deportivas ocasionando perjuicios en sus actividades académicas extra clase y produciendo en ellos comportamientos de dependencia a este tipo juegos que los lleva a escenas de violencia con sus padres, al querer ellos sacarlos de la fascinación que éstos les producen. "Ocasionan perjuicio a sus actividades académicas extra clases produciendo dependencia"