Todos ellos consideran que una obra de esta naturaleza tiene un beneficio inicial, pero que a su vez tiene que ser realizado para un largo plazo, para varias generaciones, pues la zona por su bondad presenta un alto desarrollo urbano que debe ser debidamente reglamentado. Están contentos porque se habla de realizar este viejo anhelo, más, con una amplia aceptación social, solicitan que el mismo sea llevado adelante con un estudio actualizado, en que por ejemplo, las proyectadas lagunas de oxidación y estación de bombeo no queden cercanas a los hoy sectores poblados, y que todo esto se lo decida con un estudio de impacto ambiental de ahora, el mismo que deberá ser conocido con toda la comunidad, tal cual lo determina la vigente Ley de Gestión Ambiental, y especialmente su reglamento en el Art. 28. Nadie puede jamás oponerse a una obra tan trascendente, todos la apoyan, pero que se realice de tal manera que signifique un beneficio, ya lo dijimos, para largos años. Colón seguirá trabajando y entregando su esfuerzo al desarrollo del cantón Portoviejo, el que todos sus hijos entienden es su patria chica y quieren seguir en esta senda junto a ella, que hoy tiene un despertar inusitado por transitar a un progreso sostenible, seguirá siendo esta parroquia una importante despensa de Portoviejo y Manabí, pero al mismo tiempo aspiran entregar a las nuevas generaciones un sector productor que puede pasar luego hacia la actividad agro-industrial, para asegurar trabajos dignos y rentables a su juventud, que se prepara ya académicamente y ve la posibilidad de hacerlo utilizando de la mejor manera su fértil campiña en donde pueden implementarse proyectos agro-alimentarios y de producción maderera si se utilizan debidamente aguas tratadas de una buena instalación sanitaria, que jamás perjudique a la salud de sus propios hijos, tal como lo señala el Art. 14, “ambiente sano” de la hoy vigente Constitución de la República.