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Argentino
El goleador que tenía pensado quedarse a vivir en Portoviejo
Delantero Pérez mostrando el botín de oro que le obsequiaron como goleador del torneo de 1978

En sus inicios deportivos Juan José Pérez deseaba ser una estrella. Como cualquier futbolista argentino quería algún día emigrar y triunfar en el extranjero, Lo que quizá no se imaginó fue que una ciudad pequeña, con un novel fútbol profesional, marcaría su vida para siempre.

Sábado 15 Noviembre 2008 | 20:25

Samuel Ratinof fue el empresario que, en las canchas de San Juan, apreció las cualidades de este joven espigado y fuerte, nacido en 1948, que se manejaba en el área con gran soltura y que muy pronto se hizo amigo de las redes contrarias. En sus inicios pasó por los equipos sanjuaninos Atenas, San Martín y Sportivo de los Desamparados. Su traslado al fútbol del Ecuador, por gestiones del mismo Ratinof, se dio en 1975. "Todavía recuerdo la cálida recepción de la gente de la liga quiteña, con su principal personero, Rodrigo Paz, a quien considero un dirigente con palabras mayúsculas". Liga tenía un equipazo y con Jota Jota Pérez obtuvo al neto olfateador de áreas contrarias. Juan José no recuerda la cantidad de goles que hizo para Liga de Quito, entre oficiales y no oficiales, pero cree que bordean los cuarenta en las dos temporadas. Con el equipo capitalino se le abrió la vitrina al torneo internacional apetecido por cualquier latino: la Copa Libertadores de América. En ese torneo el sanjuanino recuerda con orgullo los cuatro goles en un partido que le hizo al Guabirá de Bolivia. Lamentablemente la copa también le dejó un sabor amargo: se lesionó y estuvo retirado de las canchas por espacio de 6 meses, luego de los cuales, por intermediación del colombiano Leonel Montoya, fue cedido a préstamo al Independiente de Colombia. Retornó a Ecuador en 1977 con el deseo de volver a vestir la casaca del equipo quiteño, pero los cupos extranjeros estaban copados. Llega a Portoviejo Fue un momento de decisiones, porque solicitaban sus servicios algunos equipos del país, entre ellos Barcelona y Liga de Portoviejo. No sabe si fue una corazonada, pero prefirió decirle a los dirigentes quiteños que lo vendieran a Liga de Portoviejo, equipo pequeño pero con una gran hinchada, según había escuchado. Y no se equivocó: en Portoviejo le pasaron cosas maravillosas. Jugó dos temporadas, y en la segunda, 1978, fue goleador del campeonato con 25 goles. Pero quizá el hecho que lo identificó para siempre con la capital manabita fue el cariño increíble de su gente y el nacimiento de su segundo hijo, Christian, en el hospital Verdi Cevallos Balda. "Cuando llegué a Liga estaba Carlos Infantino, y él deseaba jugar también como 9; yo no tuve problemas, me abrí hacia la izquierda y César Mendoza ocupó el ala derecha. Pensaba quedarse Culminado el certamen de 1978 decidió tomarse unas vacaciones en San Juan y esperar el llamado de los dirigentes de LDU (P) para la temporada de 1979. A esas alturas había tomado una decisión en firme: se quedaría a vivir en Portoviejo. En eso estaba totalmente de acuerdo su esposa Leonor Moreno. Pero lo que recibió fue toda una sorpresa: un telegrama en el que le comunicaban que había sido vendido al Independiente Medellín". "Nunca me consultaron, fue un golpe bajo para mi ilusión de quedarme en Portoviejo", manifiesta, responsabilizando de esta decisión al entonces dirigente Enrique Villacreses (El Capitán). En Colombia estuvo hasta el ochenta, culminando su carrera en el Santa Fe. Después jugó en equipos de San Juan, pero más para mantener el ritmo. Si el fútbol fue su objetivo de vida, Portoviejo fue su gran pasión. No olvida el lado humano de su gente, a los pibes de la calle América que lo acompañaban hasta los entrenamientos, los cebiches de Miguel Lucas, la amistad cercana con Humbold de la Torre, los clásicos con Manta SC. Nombra a Homero Mendoza, a Carlos Infantino, a Carlos Gorozabel, a Manzaba, a Cocacho Macías, a muchos más. Ligado al fútbol Hoy, la vida de Jota Jota Pérez sigue ligada al tema deportivo. Colabora con la formación de divisiones inferiores de su ciudad natal y dirige el departamento de deportes de Santa Lucía. Dos de sus hijos están vinculados al fútbol: el mayor, Juan José, es entrenador; y el segundo, el ecuatoriano Cristhian, que tuvo un paso fugaz por Portoviejo, juega en un equipo de segunda de San Juan. El goleador está pendiente de lo que pasa con Portoviejo a través de Internet y de un amigo común, José Luis Rueda, quien realiza un posgrado en San Juan. En su casa de la calle Quiroga 312 se acumulan los recuerdos: fotos, recortes y el botín de oro que ganó como goleador en 1978. Pero es literalmente en su corazón en donde almacena su mejor tesoro: el cariño de una gente que lo idolatró. Una ciudad que vivirá para siempre en su memoria y a la que algún día regresará para abrazar a sus amigos, comerse un cebiche y saludar a los niños, hoy adultos, de 1978. Una marca sin explotar Actualmente el fútbol se ha convertido en un negocio, algo que no es aprovechado en Liga de Portoviejo, cuya marca aún continúa sin explotar. Cuando estuvo Óscar Mendoza en la presidencia del club, trajo al encargado del marketing de Liga de Quito, pero el trabajo quedó a medias. Actualmente si bien el club tiene 53 socios, apenas cuatro son los que aportan y están en la dirigencia, por lo que carece de departamentos encargados de la diferentes áreas. Leonardo Galarza es quiteño, pero casado con una portovejense, actualmente es el gerente de mercadeo de El Diario, él se quedó sorprendido con la cantidad de aficionados que fueron al Reales Tamarindos en el último partido con el Grecia. "Considero que la popularidad del club ha sido aprovechada para bienestar personal, creo que con la cantidad de aficionados que tiene Liga, es fácil conseguir financiamiento", dijo Galarza. Algo fundamental en el equipo puede ser la parte organizativa, Galarza explica que puede que en Manabí conozcan bastante al equipo, pero a nivel nacional muy poco, además debe tener una dirigencia sólida. Puso como ejemplo el Barcelona de España, donde para ser candidato a presidente debe poner sobre la mesa ocho millones de dólares y para vocal un millón. PROTAGONISTAS Alejandro Aguayo Autor del gol del ascenso “En mi época pocas veces nos lesionábamos, la mayoría de jugadores éramos estudiantes de la UTM". Freddy Navia actual presidente de ldu (p) “Liga se merece mucho más, da pena decirlo, pero los manabitas no somos unidos. Espero dejar fortalecido el club".
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