Los agentes policiales con la presencia del fiscal Arturo Brito, un delegado de la Intendencia y otro del Servicio de Rentas Internas, solicitaron los recibos o facturas de los repuestos que se expenden en dicho local. Como Rolando Tuárez no los tenía ni pudo justificar la procedencia de la mercadería, los uniformados embarcaron los accesorios en un camión. La mercadería fue llevada hasta el Comando Policial, donde permanecerán hasta que se entreguen las aclaraciones. De dicho sitio se decomisaron llantas, motores, aros y partes de trasmisión de vehículos. Los controles a las “cachinerías” se iniciaron la semana pasada con el fin de disminuir los índices delictivos sobre todo el robo de automotores que en la mayoría de ocasiones son desguazados o desbaratados para venderlos por piezas. Rodrigo Hidalgo, jefe (e) de la Policía Judicial, indicó que hay información precisa que en dichos sitios donde se encuentran respuestos de carros usados, muchos de ellos llegan sin recibos ni garantía, por lo que se presume son robados. Igual apreciación tuvo el Fiscal Brito. Rolando Tuárez mencionó que el decomiso le deja una pérdida de 50 mil dólares. Explicó que lleva 12 años comprando y vendiendo respuestos, y que en este tipo de negocio “hay cosas que no se pueden justificar, ya que nadie quiere entregar copia de cédula o firmar algún papel”, acotó.