Actualizado hace: 937 días 7 horas 25 minutos
Karina M. Chamba
Un triunfo sin color

Washignton.- La victoria del presidente electo de EE.UU., el Senador Barack H. Obama, se produce apenas 44 años después de la firma del Acta de Derechos Civiles, que permitió la igualdad de acceso a la votación por parte de las minorías, particularmente los afro-americanos. La suya es, sin lugar a dudas, una victoria que hubiese parecido imposible apenas dos años atrás.

Viernes 07 Noviembre 2008 | 20:42

El New York Times en su versión electrónica de la noche histórica del 4 de noviembre del 2008, lo resumió apropiadamente: “La elección de Obama derrumbó barreras raciales [en los EE.UU.]”. Sin embargo, el triunfo del candidato demócrata debe ser visto como un triunfo sin color, sin bandera, sin diferencias tangibles o intangibles que pudiesen distanciar. Éste debería ser un triunfo en el que, de alguna u otra manera, todos nos sentimos representados. El flamante presidente electo logró demostrar que en un país en donde el accionar del mercado redime el rol de regulador del gobierno, se produce una falta de oportunidad para proteger, indiferentemente de sus creencias, razas, o preferencias individuales, el bienestar y prosperidad del ciudadano, particularmente el de la clase media. Barack Obama ofreció restaurar un gobierno a través del diálogo ampliado y la activa participación cívica de sus ciudadanos. Prometió facilitar esfuerzos colectivos que lograrían mucho más que el accionar individual. Subrayó la importancia de democratizar los beneficios de la economía de mercado, así como asegurar la provisión de bienes públicos de alta calidad: educación, salud, seguridad, etc. Sin embargo, advirtió que cada ciudadano es dueño se su propio destino y que en un país como EE.UU. no hay espacio para “imposibles”. Su elección demostró que la decencia, la rectitud, la perseverancia, la integridad personal y esperanza opacan lo que hubiese podido ser un entorno de mayor hostilidad, miedo y falta de inclusión que ya ha desembocado una profunda decepción individual y colectiva. Antes de su presentación frente a más de 100.000 simpatizantes congregados en Grant Park (sede principal de su campaña), la noche de su victoria, el presidente electo en un correo electrónico oficial reiteró que: “Nosotros acabamos de hacer historia y yo no quiero que olvidemos cómo lo hicimos…” Con el margen de victoria más alto en los últimos 44 años, la obtención de la mayoría demócrata en el Senado y la Casa de Representantes, el Presidente electo Barack H. Obama tiene, a su vez, la responsabilidad y la oportunidad de que su visión se cristalice apoyada en esos pilares que sostienen el deseo de igualdad, solidaridad y justicia. Confiemos en que su liderazgo abra paso a principios universales que unan a la humanidad. Amén. "Que Obama abra paso a principios universales que unan a la humanidad"
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