Esto sucede porque al bajar la marea, en el muelle flotante se forma una rampa muy pronunciada, y la escalera que sirve para subir y bajar hasta las pangas no tiene escalones, sólo una pequeña división en sus tablas, lo que hace difícil pisar con firmeza y con facilidad. Varias personas se han resbalado.
Johanna Pérez, estudiante de Bahía que radica en San Vicente, explicó que ella tiene que cruzar a diario a su casa, y que cuando la marea baja es muy difícil utilizar esta escalera por la pendiente, haciendo difícil la subida y peligrosa la bajada. Los usuarios se tienen que agarrar del pasamanos con mucho cuidado para no caer, pues si esto sucede de seguro van a dar al agua.
Cambio de hábitos
Esta es una preocupación de los usuarios, especialmente de las mujeres que utilizan zapatos altos y de los discapacitados y enfermos que usan este servicio, por ello esperan que las autoridades municipales tomen correctivos para hacer más seguro el uso de este muelle, pues recuerdan que llega el invierno y fácilmente se convertirá en una resbaladera que podría causar más de un accidente.
Modesta Jaramillo, de 70 años de edad, dijo que es preocupante que en un muelle donde transitan a diario tantas personas, no se presten las seguridades que requieren los usaurios, pues cuando baja la marea, hasta llegar a la panga hay gran altura que mandaría al hospital a quien resbale.