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Erwin Valdiviezo S.
¡No aprendemos!

Ya pesar que las desgracias ocasionadas por la naturaleza han causado dolor y pérdidas irreparables, es en la cercanía de cada estación invernal, o de un fenómeno natural como El Niño, que nos ponemos a pensar sobre cómo hacer para que la desgracia no nos toque o suframos la menor afectación, cuando hemos tenido tiempo suficiente para planificar la prevención a los problemas.

Martes 04 Noviembre 2008 | 20:44

Estamos ya noviembre y de a poco el clima comienza a cambiar, las lloviznas comienzan a presentarse y la nula acción de los entes de socorro y de instituciones seccionales - en tareas de prevención - es lo que se aprecia; y eso es terrible, porque los sectores que sufren afectaciones en cada estación invernal, vuelven a ser vulnerables y eso asusta ( por decir lo menos) a la población que ya no sabe a quién recurrir para las soluciones integrales y permanentes a sus problemas. Los ríos volverán a crecer y las inundaciones llegarán, pero si se hubieran hecho desazolves, ampliación de canales o encausamientos de quebradas en este verano, seguramente que los problemas serian menos; pero con seguridad las instituciones de planificación y ejecución de obras ( y también las de mitigación y socorro) saldrán con alguna “justificación” del por qué no han hecho nada. Incluso lo de la vialidad para una provincia como Manabí debe ser tomada muy en cuenta, porque si estamos a menos de dos meses de las lluvias fuertes, las compañías que trabajan en los frentes donde hay labores (y en algunas otras que a pesar de los contratos no hacen nada) deben ir asegurando lo realizado (carpetas, hormigón, puentes y alcantarillas), porque en la calzada, que en muchos casos está en pura tierra, con seguridad habrá sólo lodo y huecos. Y eso significa que pasado el invierno se tendrá que comenzar de nuevo; y ello, a más de costos y alargamiento de plazos, será tremendo para los usuarios que vemos como aun no se termina una sola carretera y los problemas parecen de nunca acabar. Ojalá el Ministro del ramo ( si es que regresa) o el Subsecretario local ( si es que aun existe) garanticen por lo menos circulación en los meses venideros. Deben también los municipios donde se desarrollan trabajos de agua potable y alcantarillado exigir a sus contratistas que se aceleren trabajos por estas semanas, porque si en ciudades como Portoviejo, donde los huecos y el polvo en verano hacen renegar a más de uno, no cabe siquiera pensar qué sucederá si se siguen rompiendo calles y abriendo zanjas en invierno, las que al no ser resanadas pueden colapsar no solamente los planes de obras importantes como las anotadas sino, también, la paciencia o “aguante” de la población que reconoce la obra pero que no permite la irresponsabilidad o lentitud de constructores. Así las cosas, más vale prevenir que lamentar. Y por ello es bueno que desde ahora, al igual los entes y autoridades se reúnen para lo de seguridad y festejos, también es prudente que se unan para ejecutar planes de acción ante el próximo invierno.
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