Destacan Manta y Portoviejo en números de crímenes, siendo la primera ciudad donde se ha suscitado el mayor número de casos trágicos, generando un estado de nerviosismo ciudadano que fuera manifestado públicamente mediante la protesta que paralizó a la ciudad-puerto por seis horas. Resultados inmediatos se dieron por parte del gobierno, como obligación del Estado en su misión de brindar protección y seguridad social a los habitantes de la nación, pero con una programación permanente, constante. Por ello es que debe encontrarse los motivos del aumento de estos delitos para llegar al fondo del asunto, puesto que se comenta públicamente que los asesinatos - que de acuerdo a la Policía se deben en su mayoría a ajustes de cuentas - estarían también ligados al negocio de la droga. La fiscalía debe investigar si entre la violencia, las drogas y bandas internacionales que operan en esta región de América, hay conexión. Si la hubiera, el poder político y la ciudadanía merecen conocer el fondo de las cosas, porque la situación se tornaría mucho más grave. Existe la percepción en el país que Manabí siempre ha sido tierra violenta e insegura, pero lo que se está viviendo en este año está por sobre lo histórico. Quizás no sea coincidencia que el foco de los asesinatos esté en Manta, un puerto desde donde en algunas ocasiones se ha embarcado grandes cantidades de droga, como la capturada hace pocos días en un barco que había zarpado de Manta. ¿Será que bandas de narcotraficantes operan sistemáticamente desde esta provincia y encuentran en nuestro puerto facilidades para evadir los controles establecidos? Las autoridades tienen que establecer la realidad. Y decirla. "¿Estarán operando bandas de narcotraficantes en Manabí?"