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EDITORIAL
Naturaleza, pobreza y empleo (Enrique Delgado Coppiano)

Luego del último proceso eleccionario y de los resultados que son conocidos, que como corolario tenemos la vigencia de una nueva Carta Constitucional, creemos interpretar el criterio de la mayor parte de ecuatorianos, que en un ámbito de reconciliación ciudadana, comencemos todos unidos, a enfrentar y buscar soluciones a los mayores problemas que consideramos tienen que ser enfrentados para mejorar el nivel de vida de la nación con sus 13 millones de personas. Uno de ellos atañe al respeto a la naturaleza.

Sábado 01 Noviembre 2008 | 21:50

Todos los días vemos o nos enteramos que los abusos contra el medio ambiente se producen en forma acelerada, por lo que luego recibimos una factura muy alta: la tala del bosque nos trae aludes e inundaciones que afectan a las personas con menos recursos, que ven destruidas las pocas cosas que han logrado obtener con gran esfuerzo. Igualmente, la contaminación del agua dulce de ríos, lagos y también del mar, producen una serie de enfermedades que agravan el estado de salud de las personas, afectando más a niños y ancianos, lo que constituye un gasto adicional a quienes reciben salarios muy precarios que no tienen las posibilidades de recuperar prontamente su vigor. Ergo, respetar la naturaleza beneficia no sólo al medio sino que constituye una prevención para no enfermarse, entonces las disposiciones constitucionales al respecto tienen que ser inmediatamente puestas en vigencia, para garantizar este derecho mayoritario de la colectividad. El sistema de bonos en verdad significa un justo gasto, que resulta un alivio temporal para los problemas, más, la mayor parte de los jefes de hogares, hombres y mujeres ecuatorianos, lo que aspiran tener es un trabajo digno que genere recursos para ese “buen vivir”, establecido también como derecho constitucional, luego sus necesidades básicas se logran cubrir con la remuneración de un empleo, y los empleos nacen de la producción y de la inversión, esta última generalmente privada, por lo tanto el Estado tiene que impulsar la misma, para que cumpla el rol fundamental del mejoramiento social y económico en beneficio del crecimiento del país. Por todo lo dicho, y al anunciarse que debe haber una falta de recursos para inversión estatal, ante la disminución de entradas por la caída del precio del petróleo, cuidadosamente tiene que dirigirse el gasto hacia lo más indispensable: salud, educación y comunicación. Esta tiene que incluir a la vialidad, prioritariamente, pues si quedamos incomunicados el país se paraliza. Todo el engranaje socioeconómico tiene que trabajar para tener un crecimiento de las exportaciones, que bordean los 16 mil millones anuales (48% hacia los EE.UU.) y tratando de abrir nuevos mercados, para paliar los meses críticos que pueden venir si no nos preparamos, técnicamente, para salvar el actual bache, que factores exógenos y endógenos, pudieran ocasionar a nuestra economía.
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