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Juan José Illingworth
El deshielo

No me voy a referir aquí a la pérdida de masa glacial de nuestro planeta, tampoco a la coraza de nuestra personalidad cuyo hielo se derrite con la conciencia, las crisis o el cariño. El deshielo al que quiero referirme es al desmoronamiento de un entorno mundial que hasta hace poco nos parecía seguro e indestructible, sólido como una gran bóveda de hielo bajo la cual ahora comenzamos a descubrir que vivíamos en un estado latente de conciencia disminuida.

Jueves 30 Octubre 2008 | 21:02

La primera gran capa de hielo que se derritió fue la de “Las siete grandes”, así se denominó a las compañías también llamadas auditoras internacionales -que más bien provenían de un solo país-, dispensadores de los oleos sacramentales con los cuales cualquier cosa era automáticamente convertida en verdad digna de toda confianza. Si etimológicamente el auditor era el “escuchador” de una realidad, especialmente contable, los auditores “internacionales” se convirtieron en “habladores”, en tanto y en cuando firmar un informe equivalía. más que a oír, a hablar y decir: “Todo está bien”. Pero luego vino EMRO y el resto y ahora sabemos que no hablaban ni solidez ni de limpieza, quizás apenas de “elegancia”, o de “marca”. Hasta hace apenas pocas semanas, si Juan había invertido sus ahorros en el banco local Riquicuacua y Pedro los tenía en un fondo manejado por Lehman Brothers o por Merry Lynch, ¡pobrecito Juan!, ¡qué prudente y sabio Pedro!. Y ahora, ¿qué queda de esa aureola de hielo que daba frescura a los inversores y sensación de orden a los espectadores?. Esta es otra capa de hielo derretida en la cual ahorros de miles ya se han ahogado. Igual podemos reflexionar sobre las pólizas de seguros: un montón de gente le entrega su dinero a estas compañías para no perder; pero el pago de los siniestros depende en la práctica de las aseguradoras y reaseguradoras. ¿Quién habría previsto que la más grande del mundo iba a quebrar? Y ahora, ¿cxuál es ese “monstruo de grande” que queda atrás para responder por todo esto? Si no se ha terminado de derretir, al menos ya ha utilizado 90 billones de los 300 que la FED puso a su disposición. El mundo se va quedando sin todos estos grandes “guardianes” del orden que parecían ser las super auditoras, los super bancos de inversión y las super aseguradoras. Ah, pero se dirá: “Todavía nos queda la Reserva Federal de los Estados Unidos”, cuyo dólar ha sido la moneda mejor librada de la crisis porque frente a la incertidumbre muchos optaron por liquidar activos y comprar “Billetes del Tesoro” de USA. Pero quién, luego de tan profundos desencantos, encontrará descabellado el pensar que tanta deuda externa, tantos intereses por pagar, tanta consumo anticipado por tarjetas de crédito, simplemente no van también algún día a colapsar y ¡plof, otra vez la burbuja! Sólo que esta vez sería la de última instancia, la que parece de hielo perpetuo; si se rompe o se raja y entraríamos en un efecto de invernadero en donde todos tendríamos que resurgir al calor de energías y valores totalmente diferentes. Al menos en teoría, ya no existe Superman. "Al menos en teoría, ya no existe Superman"
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