Del mismo modo, afirmó que "el humor y la alegría que promueve el Gobierno, a través de la vicepresidencia de la República, ha llegado en forma de música, danza, teatro, actividad física, eventos culturales a miles de ecuatorianos para cambiarles el concepto de vida y servicio". Tanto el vicepresidente como el presidente, Rafael Correa, creen que es necesario impulsar un cambio de actitud en los ecuatorianos, por ello se ha puesto en vigencia una serie de programas para estimular su bienestar emocional. La propuesta del Día de la Alegría y Solidaridad, sin embargo, no ha calado de la misma forma en la ciudadanía, pues algunos, como Sofía, de 26 años y trabajadora del sector turístico, opinaron que se trata de una medida poco oportuna en la que "se gasta dinero y tiempo". Sin embargo, otros, como Jacqueline, una periodista de 27 años, consideraron la propuesta beneficiosa pues creen que puede "transformar a personas amargadas en gente feliz". Había personas, mientras tanto, que desconocían la campaña del Gobierno pero consideraron que impulsar y hablar de alegría es una buena iniciativa para liberarse del estrés. La decisión de declarar al 28 de octubre como el Día de la Alegría y la Solidaridad es parte del programa "Sonríe Ecuador, somos gente amable", que inició el pasado mes de febrero la vicepresidencia de la República. Desde febrero se han realizado una serie de actividades culturales y musicales por diferentes provincias de país "llevando la buena nueva de que Ecuador es gente amigable y alegre", dijo hoy a Efe una fuente de la vicepresidencia. Además de los actos culturales y musicales se realizan capacitaciones a trabajadores y servidores públicos con el objetivo "de que traten bien al ciudadano" a los que deben atender, insistió la fuente. El vicepresidente de Ecuador en su afán de que los ecuatorianos "sean más felices" es el primero en impartir charlas y conferencias en diferentes instituciones del país, señaló tras recordar que el funcionario se recuperó de un problema de salud después de escuchar "un buen chiste". El vicepresidente, que sufre de paraplejia y se moviliza en silla de ruedas, ha dicho, en reiteradas ocasiones, que la única manera de salir de los problemas es con una "buena actitud".