Nicholas Browing, un adolescente de 16 años, se declaró ayer culpable de haber disparado a sus padres y a sus dos hermanos menores en febrero pasado mientras dormían y después volver a la casa de un amigo para jugar a la videoconsola.
Browning lloró ante los tribunales cuando los fiscales describieron el delito, según la prensa local, y se declaró culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado por la muerte de su padre, John W. Browning, de 45 años; su madre Tamara (44); y sus hermanos Gregory (14) y Benjamin (11).
A cambio de su confesión, en vez de pedir una cadena perpetua sin libertad condicional, los fiscales solicitarán un máximo de dos cadenas perpetuas consecutivas o concurrentes, lo cual permitirá a Browning tener libertad condicional tras cumplir al menos 50 años de cárcel, según las normas de la Comisión de Libertad Condicional de Maryland.
El joven estaba a punto de cumplir los 16 años cuando cometió el cuádruple asesinato, por lo que es demasiado joven para hacer frente a la pena de muerte.