Una de las ideas que se estudia, para ambos casos, es entregar su administración a sus usuarios directos. En el caso del camal los administradores serían quienes faenan animales y en el caso de la terminal, los trasportistas. Esta fórmula ya fue empleada en la terminal sin mayores resultados. Las dudas y las interrogantes que surgen de inmediato; ¿suspenderán los trasportistas a una de sus propias cooperativas por no cumplir con los pagos y las normas? ¿sobrepondrán los ganaderos los intereses de la ciudad a los suyos propios exista alguna crisis de salubridad? Es preferible que la municipalidad contrate a una administración profesional, concesione o delegue la administración de estos activos a personas que no tengan intereses directos en ellos. Quienes más usan los activos no los deben administrar porque se genera un dañino conflicto de intereses. Portoviejo tiene una reciente experiencia exitosa en la gestión del Centro Comercial Municipal. Ahí se pasó del absurdo de que un activo valorado en más de cuatro millones de dólares le producía pérdidas de casi 60 mil dólares al año a la realidad actual, que es la obtención de utilidades anuales de más de 150 mil dólares. Y eso que sólo se explota los estacionamientos, la planta baja y la primera planta alta, quedando la torre de oficinas aún como una oportunidad para crecer en ingresos. El éxito logrado en el Centro Comercial está basado en una administración técnica, no política y sin conflicto de intereses. El concejo cantonal podría tomar esta experiencia para resolver la administración de sus bienes y servicios. "Hay una historia de exito en el Centro Comercial Municipal"