Después se escucha: “mi mamá te pega… papito tú le tienes miedo a mi mamá… duro te pega…” y las burlas se incrementan con carcajadas incontenibles. De esa manera reaccionan los hombres cuando entre ellos tienden a endilgarse mutuamente sometimientos de las esposas en casa. Y les causa jocosidad si el caso no es el suyo, porque en esta sociedad machista el varón es quien tiene el “poder”. Pero la realidad no es tan jocosa, pues en la sociedad manabita el maltrato a los hombres sí existe y las consecuencias son penosas. No obstante, muchos hombres no admiten ser agredidos. Adriana Maldonado, comisaria de la Mujer y la Familia, en Portoviejo, mencionó que respecto a ellos se considera que hay un denominador común por el que no denuncian: creen que pueden soportar y controlar el maltrato. “Yo dejo que hable”, manifiestan. Igual, ha habido hombres que han denunciado maltratos en la Comisaría de la Mujer y la Familia. Aunque las cifras son menores ante las demandas de las damas. Maldonado convoca la definición de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer: “todo acto (...) que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad...”. Mas, la violencia contra el hombre adopta una forma diferente a aquella contra la mujer. Maldonado invoca las reflexiones de Antonio Videra, catedrático de la Universidad de Málaga, quien afirma que la violencia promovida por la mujer es “psicológica, sutil y basada en la humillación a través de manipulaciones que tienen por objeto herir al hombre en diferentes aspectos como su sexualidad, su profesionalidad...”. Por lo tanto, “para abusar de un hombre no se requiere de golpes o fuerza física". 67 denuncias masculinas en siete meses Los datos estadísticos de casos receptados y tramitados en la Comisaría de la Mujer y la Familia, en Portoviejo, arrojan 67 denuncias de violencia contra los hombres desde enero a julio, frente a las 672 demandas puestas por las mujeres. De todos los casos contra los hombres, la mayoría corresponde a maltrato psicológico. La consecuencia: daño, dolor, perturbación emocional, alteración psicológica o disminución de la autoestima. Esto último es lo más común en el hombre maltratado, que soporta la situación por el amor que tiene a sus hijos; incluso, a la mujer agresora. Hay casos en que la mujer pone una demanda de que ha sido maltratada físicamente por el esposo, pero luego de un estudio de trabajo social se determina que hubo infidelidad de ella. En fin, la mujer causa violencia al varón, pues “siempre está intentando hacerse a sí misma un hombre”, según Jean Jacques Rousseau.