Por lo que entiendo, leyendo las noticias, que por supuesto no es mucho, será una obra de gran envergadura y majestuosidad, como merece Portoviejo. Y me alegra que sea el Consejo Provincial de Manabí la Institución encargada de su manejo, porque conocemos la austeridad, honradez y probidad del prefecto Mariano Zambrano, que se juega una carta valiosísima ante los portovejenses frente a su destino político en el futuro… De hecho entiendo, y por las mismas razones expuestas en líneas anteriores, que esta obra será perdurable, como lo es, por ejemplo, el pueblo Velasco Ibarra, o el mismo edificio del Consejo Provincial. Y no como esas obras de papel higiénico a las que ya estamos acostumbrados, inauguradas con algarabía exultante y que a los pocos meses dejan de ser útiles, ante el asombro ciudadano. Y ni la entidad contratante, ni la fiscalización, ni la contraloría se atreven a decir absolutamente nada. Es que el 30 por ciento que como coima le piden al contratista, es decidor al momento de construir la obra. No obstante, al ser esta anomalía una constante inevitable, yo, al menos, tengo confianza en el prefecto Zambrano y en la institución que él preside…