Cinco días después del terremoto de 7,8 grados, al menos tres personas fueron rescatadas ayer con vida de entre los escombros. Una veintena de soldados salvaron a un turista alemán en el distrito de Wenchuan, tras permanecer sepultado durante 114 horas. Tres horas después, dos hombres, Zhao Fugui de 69 años y Ji Zhongshan, de 52, también fueron rescatados entre los escombros en el distrito de Beichuan y trasladados inmediatamente al hospital con fuertes síntomas de deshidratación, informó la agencia Xinhua. Ayuda es contra el tiempo A pesar de la búsqueda de supervivientes es una carrera contra el tiempo, la prioridad debe ser la de salvar vidas, dijo Hu a los equipos de rescate, todos de las Fuerzas Armadas chinas, además de Japón, Corea del Sur, Singapur y Rusia. Otros países ofrecieron equipos civiles de ayuda humanitaria, como España, Chile o México, pero Pekín no respondió al respecto. La cifra oficial de muertos se elevó ayer a casi 29.000, así como casi 200.000 heridos -de ellos unos 13.000 en estado crítico-, mientras que son 15,6 los millones de casas dañadas por el terremoto y 3,13 millones el número de viviendas derrumbadas. Por el momento, según el Ministerio de Salud Pública, no se han registrado brotes de epidemias en las zonas devastadas, donde trabajan 34.000 profesionales sanitarios y donde se necesitan con urgencia medicamentos. Un avión de la Fuerza Aérea Española llegó ayer con siete toneladas de material sanitario. Evacúan poblado Ayer se evacuaron a más de 2.000 personas por el temor a que se desborde un lago formado por el agua acumulada en el río Qingzhu. Hubo réplica Una fuerte réplica de 6 grados en la escala Richter sacudió ayer la provincia suroccidental china de Sichuan.