"El problema ideológico es que sigo siendo miembro de la Iglesia", y "con el Papa, que es Jefe de Estado, él será mi superior, pero como Jefe de Estado tendremos relación de igual a igual", apuntó. "Hoy soy el obispo rebelde para la Iglesia", comentó el presidente electo paraguayo, convencido de que el Vaticano "sabrá dar una respuesta propia y exacta justo antes de asumir el cargo". Lugo fue ordenado presbítero católico en 1977 y ejerció en Ecuador como misionero hasta que, en 1994, fue ordenado obispo de la diócesis de San Pedro, en la región más pobre de Paraguay. En 2004, Juan Pablo II dispuso su retiro como obispo y Lugo se mantuvo como párroco hasta que dos años después renunció al ejercicio sacerdotal y se postuló a la Presidencia de su país, aunque pidió permiso al Vaticano para seguir dentro de la Iglesia Católica como laico.