Ayer, en Manta había varios puntos en los que las aguas servidas salían a través de las alcantarillas taponadas. Uno de los más evidentes reboses está localizado en la calle 20.
Los peatones y vehículos circulan por entre las aguas negras que inundan la margen derecha del malecón desde el edificio El Navío hasta el redondel de ingreso al puerto marítimo.
El rebose fue provocado por los departamentos de Medio Ambiente y Comisaría de Servicios del Municipio. Los representantes de esas instancias municipales taponaron un paso lateral (by pass) que la EAPAM construyó para desviar al mar las aguas servidas que generan los habitantes de la parroquia Manta y que no alcanzan a transportar el obsoleto colector que las conduce desde el malecón hasta la planta de bombeo Miraflores.
Otros sectores
La avenidas 113 y 4 de Noviembre, el barrio Jocay, sufren permanentemente los reboses. También hay en el barrio San José.
Víctor Traverso, gerente de alcantarillado de EAPAM, calificó de irresponsables a los funcionarios municipales por provocar la contaminación. "Nosotros construimos el by pass en la calle 20 y malecón porque era preferible a dejar que las aguas salgan a las calles como sucede actualmente", aseguró.
Las aguas provienen de la estación de bombeo Umiña que el municipio construyó en la playa El Murciélago.
Un sistema obsoleto
El sistema de alcantarillado de Manta cumplió hace tiempo el plazo previsto para su vida útil.
Con alrededor de 45 años de servicio, las alcantarillas pueden colapsar en algún momento.
El plan hidrosanitario de Manta contempla la reconstrucción de los sistemas de agua potable y alcantarillado de la ciudad, pero su financiamiento no es tan fácil. Se estima que cuesta más de 120 millones de dólares.
Mientras tanto, el gerente y funcionarios de EAPAM trabajan en otras alternativas para desviar las descargas. Ayer se reunieron con el alcalde para tratar el tema.