Así lo aseguraron ayer los responsables de la operación en la que ha sido arrestado un matrimonio que adquiría estos bienes expoliados de yacimientos de Perú, Ecuador y Colombia y luego los vendía en países europeos, principalmente en salas de subastas francesas. "Si no es la mayor en cuanto a número" de piezas "es la mejor en cuanto a calidad", destacó el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, Ángel Galán, quien dijo que hay algunas que ya no existen en los países de origen. Así, entre las 700 piezas recuperadas hay telas funerarias con las que se cubrían los cadáveres momificados y otros objetos al parecer aztecas que la Policía espera que sean reclamados por los países originarios. Además de las más de 30 telas precolombinas, los agentes han intervenido decenas de máscaras, pendientes, colgantes y figuras de oro, restos de cerámica y piedra con diferentes representaciones antropomorfas, de animales, eróticas o de rituales, así como mazas de guerra, arcos y otros utensilios.