Desde el lunes pasado los 54 empleados de la cárcel de mujeres de la ciudad vienen adoptando una medida de brazos caídos como forma de protesta para exigir el pago de horas extras, bonos y apoyar la salida del director nacional de rehabilitación social, Máximo Ortega Veintimilla, quien fue destituido en días pasados por el Consejo Nacional de Rehabilitación Social.