Todo esto está relacionado con María Eugenia Segura, una joven (22 añitos) de la Villa Nueva (sí, como la de San Gregorio de Portoviejo) de Guaymallén, una localidad de la provincia de Mendoza, en la región de Cuyo, Argentina. Allí se dio el caso de esta chica dependiente de un local del Mendoza Plaza Shopping que hace poco se encontró con una bolsa, funda o chupa (como el lector prefiera) dentro de la cual había 40 mil pesos (poco más de 13 mil dólares) que un cliente había dejado olvidados. La niña buena no dudó en guardarlos y tan pronto se apareció el dueño, en una demostración íntegra de integridad integral, le reintegró, íntegro, el dinero. Y el muy olvidadizo miserable, “un tipo de unos 35 años”, sin siquiera agradecer, se fue yendo nomás por ahí. Cuando un amigo de la Mary le llamó la atención y le dijo que le dejara una propinita a la pelada, el infeliz se rascó el bolsillo y le obsequió… ¡30 pesos! Diez dolarejos, que la niña se gastó en sánduches con sus panas del shopping. Y ahora el grupo argentino de rock Pendencieros le hizo una canción, pero no se ponen de acuerdo con el título.