Hoy, cuando se anuncia la renovación del contrato con la empresa Movistar y el finish de nuestras relaciones con Porta, oportuno es hacer unas cuantas reflexiones: Comienzo por expresar mis felicitaciones al presidente Correa por su actitud firme frente a la voracidad insaciable de las transnacionales que vienen manejando a su antojo y conveniencia, el oligopolio de las telecomunicaciones. Ya era hora de pararles el carro y ponerles un ¡hasta aquí nomás compadre! Pero (el infaltable), para que nuestra posición alcance el éxito que todos queremos, es preciso respaldar la decisión presidencial. Y, en tal tarea, debe comprometerse la sociedad civil en su conjunto: cámaras de la Producción, gremios, asociaciones, Derechos Humanos, entes anticorrupción, curas, ateos, homosexuales, función Judicial, Asamblea Constituyente, la prensa y tuticuanti individuo e individua seásemos parte del conglomerado. Porque, si dejásemos solitario a S.M. Rafico I en su enfrentamiento con el man más rico del mundo… podría ser que se lo coma el tigre, como decimos los montubios. ¿Y quién es ese platudazo podrido en plata? ¿Y qué pito toca en este celulario asunto, ah? La revista FORBES, ubica al mexicano Carlos Slim a la cabeza de los billonarios mundiales. Su fortuna supera los 68.000 millones de dólares, calculada por “especialistos” que, al no tener nada mejor que hacer, se dedican a averiguar cuánta plata tiene la “gente de plata”. Pues, este mismísimo cuate Slim, es nada menos y nada más que el dueño, amo y señor absoluto de la empresa Porta de la cual somos obligados abonados: ¡siete millones de cholulares! Sólo en Ecuador, pequeña porción de los 200 millones de móvil-hablantes regados en otros 30 países de América, Europa y Asia donde Porta ha introducido sus tentáculos. Cálculos realizados por entendidos criollos aseguran que cada celular consume un promedio de tres dólares diarios. Si multiplicamos tres dólares por los siete millones de abonados de Porta, la susodicha estará facturando 21 millones de dólares ¡DIARIOS! Y si multiplicamos 21 millones por 365 días, nos da la escalofriante suma de 7.665 millones de dólares al año, de los cuales y luego de deducidos gastos generales, muertos, heridos y mordidas: 2.555 melones van a parar a los bolsillos del MacPato mexicano. ¡Dale Correa! Exígeles a ¡todos! estos “vendedores de aire” que paguen al Estado una tercera parte (por lo menos) de sus utilidades, controladas (en serio) al milímetro. Y veréis como sí lo pueden hacer… al igual que lo están haciendo en otros países. (Continuará) Pedro Vincent Bowen | E-mail: [email protected]