El fuego olímpico, que llegó a Hong Kong procedente de Vietnam, fue recibido en el Centro Cultural de la ex colonia británica por autoridades locales y numerosos invitados, mientras en el exterior del recinto reinaba la tranquilidad en medio de un gran despliegue de seguridad. El activista y diputado hongkonés Leung Kwok-hung, fue el único individuo en romper la tranquilidad en el exterior del Centro Cultural de Hong Kong, con una pancarta y un micrófono, acompañado de varios activistas para pedir el respeto de los derechos humanos en China.