Downey Jr. se refirió así sobre el carácter políticamente incorrecto de Tony Stark, la verdadera identidad de Iron Man y que destaca, tanto en el cómic como en el filme dirigido por Jon Favreau, por su gusto por el juego, el alcohol y las mujeres que lo convierte en un auténtico "playboy". Los problemas con las drogas y el alcohol que el célebre intérprete de "Chaplin" (1992) o "Kiss Kiss Bang Bang" (2005) ha tenido que superar en más de una ocasión parecen haberlo acercado a uno de los personajes más carismáticos del mundo del cómic. "Me dejé guiar por mis instintos para superar la prueba de casting a la que me sometieron y, más adelante, al interpretar a Iron Man, y la verdad es que estoy muy satisfecho", explicó el actor sobre su interpretación de Stark. Se trata de un multimillonario de la industria armamentística quien, en una situación de cautiverio y gracias a su ingenio, crea la tecnología más avanzada del mundo para convertirse en Iron Man y luchar contra sus captores. "Tuve una empatía instantánea con el personaje. A mí, como cinéfilo, siempre me gustan los personajes que son personas y no entiendo a esas criaturas que llegan de otros planetas", ahondó el actor, quien destacó la valía de una historia de "redención", en la que un hombre que se ha hecho rico gracias a las armas se da cuenta del daño que éstas pueden causar. Downey Jr. dijo que estaría dispuesto a ponerse de nuevo en la piel de Iron Man, "un superhéroe sin ningún tipo de poderes sobrenaturales", para las secuelas que están por venir sobre este personaje creado por Stan Lee en abril de 1963. "Las segundas partes suelen ser las mejores, así que repetiría como Iron Man si Jon Favreau dirige el proyecto. No daría ni un solo paso más en esto si él no fuera el director", dijo Downey. El actor alabó la labor del cineasta neoyorquino en esta adaptación en la que hay numerosas novedades con respecto del cómic. En la historieta original el punto de inflexión en la vida de Stark es un viaje a Vietnam, donde es secuestrado, tras hacer una demostración de un nuevo equipo militar, mientras que en el filme el secuestro se produce en un viaje al actual Afganistán. Los guionistas, además, han situado la vida de Stark y Iron Man en la ciudad de Los Ángeles, en lugar de Nueva York, donde suelen vivir los superhéroes de Marvel, así que, en vez de sobrevolar los rascacielos de la Gran Manzana, Iron Man se mueve sin problemas sobre las playas californianas. Un camaleónico Jeff Bridges ("El gran Lebowsky") encarna al villano de la película, Obadiah Stane, quien pasa de ser la mano derecha de Stark a su mayor enemigo, mientras que Gwyneth Paltrow interpreta a la leal asistente de Stark, Pepper Potts. "Me encanta interpretar a los villanos. Es muy divertido y para interpretar a este tuve en mente, entre otros, a Donald Rumsfeld", bromeó Bridges, quien es difícil de reconocer en la gran pantalla al haberse afeitado la cabeza para encarnar este papel. Para Paltrow, participar en "Iron Man" fue una de "las mejores experiencias" de su carrera profesional, ya que pudo compartir escenas "con alguien como Robert Downey Jr., con quien nunca sabes lo que está por venir". "Robert llegaba al rodaje con muchas ideas sobre cómo rodar las escenas, así que la improvisación estuvo muy presente", explicó Paltrow, a quien le encantó dar vida "a alguien tan leal y servicial como Potts, quien, en realidad, siente algo por Stark". "Iron Man" llegará a las salas de cine de Estados Unidos el próximo 2 de mayo, mientras que, con unos días de antelación, lo hará a las del resto del mundo.