Los trabajos de regeneración empezarán desde la calle Córdova, donde está la segunda puerta, hasta la Pedro Gual e incluyen revestimiento de porcelanato en el piso, tanto interior como exterior, iluminación y cerramiento que estarán a cargo de Dolores Zambrano, quien deberá entregar la obra en 120 días. El camposanto, que tiene más de 100 años, está asentado en las faldas de las colinas de la parroquia San Pablo, guarda los restos de miles de personas y es por eso que ya no hay espacio para más cadáveres, urgiendo la necesidad que la municipalidad busque otro terreno que sirva para esta finalidad. Carlos Ibarra, administrador del camposanto, señaló que por los trabajos de regeneración han hecho una investigación que determinó que en el área a intervenir hay bóvedas de 112 propietarios, cada una tiene 4 o 5 cuerpos. Hemos notificado a los dueños de las criptas de las labores a realizar porque a ellos les corresponde pintar las tumbas ya no de color blanco sino de otros tonos que esten acorde a la regeneración del camposanto, señaló. Sin historias Quienes laboran en el camposanto ya sea como sepultureros o como guardias de seguridad, señalan que en este sitio no penan las almas. "Son muertos buenos", dijo un obrero que no se identificó, pero sí aseguró que más que tenerles miedo a los difuntos, hay que tener cuidado con quienes ingresan hasta la necrópolis para robar o drogarse. Un nuevo cementerio Ibarra recordó que en la administración de Vicente Mendoza, se asignó un terreno en la ciudadela Municipal, pero cuando el lugar empezó a poblarse ya no se construyó el camposanto, por lo que opinó que las autoridades municipales deben pensar en construir otro.