De esa manera, en las piladoras ya han comenzado a regular la cantidad de quintales de arroz que se comercializan. Así, si alguien captaba 50 quintales, ahora sólo debe conformarse con 30. Incluso, se han suspendido ventas hacia otras provincias; por ejemplo, en la comercializadora Cristo Rey SA, en Nuevo Correagua (Rocafuerte), ya no entregan los 200 quintales habituales a Camaris, en Quito, cantidad que luego exportaban. Geney González, secretaria de Cristo Rey SA, evidenció el déficit al mencionar que el año pasado comercializaron un promedio de 1.500 quintales al mes. Este año, bajó a 1.200. Productividad Carlos Monar, coordinador de las mesas de concertación de la Agencia de Desarrollo de Manabí, dijo que para asegurarse el consumo interno habrá que incrementar la productividad. Para él, la crisis mundial del arroz es la gran oportunidad para Manabí, donde hay grandes tierras sin producirse. "El camino es incrementar la producción", insistió. Recalcó que ahora se produce 40 quintales por hectárea, y deberían ser 150 quintales, para compensar la demanda local; incluso, habrá remanentes que alcanzarán hasta para exportar. No obstante, la realidad es otra. Ayer, Alba Castro junto con Alberto Chumo, Joselo Espinoza y Mauro Gilces cosechaban arroz, en Correagua, resignados a los estragos de inundaciones. Castro expresó que el año pasado sembró arroz en 4 hectáreas y este año sólo en 2. En una hectárea, en el 2007, produjo 80 quintales, ahora no llegará ni a 50, prevé. Y ante un posible desabastecimiento mundial no está preparada. Admitió que el año pasado logró embodegar 300 quintales, que ahora vendió; sin embargo, no aspira hacer lo mismo en esta temporada. Más aún, ni sembrar en lo que falta del año, porque espera no tener agua, "los canales están secos"; entonces, sembrará maíz y melón hasta febrero y retomar el arroz. Empero, González guarda la esperanza que la Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM) les dé agua, luego de que hay un compromiso de limpiar los canales los próximos días, para el efecto. Además, augura que la situación va a mejorar entre agosto y septiembre, cuando se prevé una mejor producción, ya que hubo mucha siembra en sectores como San Silvestre, San Roque, El Pueblito, entre otros, de donde junto a Correagua provienen los 80 productores que se asociaron en torno a Cristo Rey SA, que comercializa el arroz hacia Manta, Chone, Portoviejo y Montecristi. Ahora el quintal cuesta 33 dólares, cuando hace un año era de 20. Por otro lado, en el mercado de Portoviejo la libra de arroz subió en 5 días de 33 a 35 centavos, y de 37 a 40 el denominado "viejo", que es más rendidor. Se aduce que la causa es la baja producción. RIESGOS PARA EL CONSUMO INTERNO Para productores como Elba Castro le parece bueno que pueda vender un quintal de arroz a más de 30 dólares, cuando la última vez que lo hizo, el año pasado, era en 20. Sin embargo, cree que no podrá producir más para seguir ganando, pues no tendrá agua para hacerlo. Mientras, en las piladoras del sector temen la perspectiva de que comerciantes extranjeros lleguen al sitio de la producción y le compren directamente a los agricultores el quintal a más de 35 dólares, que es mejor a lo que en éstas se paga, menguando el consumo interno. Carlos Monar, de la Agencia de Desarrollo de Manabí, piensa que no hay riesgo que el arroz salga en estampida a los países vecinos, porque no se podrá pagar en más de 40 dólares el quintal, no así para Estados Unidos, donde pagarían hasta 60 dólares, aunque allá exigen requisitos de calidad, y el arroz ecuatoriano no cubriría las expectativas, por ser hidropónico.