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Walter Andrade Castro | [email protected]
¿Por qué se van los empresarios?

El Diario, en la edición del viernes anterior, titulaba en primera página: “Perú ofrece ventaja a empresarios de Manta”. El desarrollo de la noticia explicaba el porqué.

Lunes 21 Abril 2008 | 19:58

Pero independientemente de las razones, la lógica más simple señala que en el mundo de hoy un empresario se muda de un lugar a otro porque encuentra facilidades para desarrollar sus actividades presentes con el objeto que su negocio sea más productivo para tener esperanzas de competir con éxito en los mercados del mundo y adicionalmente oportunidades para nuevas iniciativas empresariales. Y claro, al trasladar negocios de un sitio a otro se crea empleo en el nuevo lugar y desempleo en el que se deja. Pero también produce otro efecto: por la reducción de los negocios o cierre de empresas, el gobierno recauda menos por concepto de impuestos y al tener menos ingresos no puede cumplir con los pobres de la sociedad que resultan al final perjudicados. En el caso de Perú se busca precisamente ayudar a los sectores vulnerables. ¿Cómo? Con medidas de estímulo a la inversión. Es que generalmente los nuevos recursos en la economía generan empleo y una población ocupada no sólo contribuye a la creación de riqueza sino que fundamentalmente ayuda a la paz social. Por eso, el gobierno de ese país tomó la decisión de promover decididamente el crecimiento de la economía y entendió, como lo han hecho los países que han elevado el nivel de vida en unos pocos años, que el camino más corto a la prosperidad es tener un sector privado pujante que con el impulso del estado invierta, cree empleo, exporte y pague impuestos. Bueno, a lo mejor esa es la razón de fondo para que empresarios de Manta piensen en el Perú para invertir. Pero en el Perú no sólo se atrae al inversionista con medidas de estímulo. En realidad, como lo cité en un comentario anterior, se protegen constitucionalmente los contratos, lo que es fundamental para quien toma la decisión de arriesgar en un negocio. Un artículo de la constitución dice: “La libertad de contratar garantiza que las partes puedan pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase…” Esto es garantía, esto es aliento. Pero igualmente la constitución peruana establece que “el estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria….” Es decir, que el estado y no el gobierno está comprometido con el crecimiento. De manera que las leyes que cree un gobierno pueden alentar el desarrollo o deprimirlo. Nuestros asambleístas pueden escoger.
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