En declaraciones a El Diario, Marín dijo que jamás cedería la administración de la planta, porque es de sus ciudadanos, y que su ubicación en Rocafuerte es por la captación de agua que allí se genera. Acotó que es deber de cada administración municipal ofrecer un servicio básico como en este caso lo es el agua y que no es justo que la planta El Ceibal sea tomada como centro político, como está sucediendo ahora. La repotenciación de El Ceibal le costó a Manta, 500 mil dólares financiados a través de un crédito del Banco del Estado, que recién se pagó el año pasado. Actualmente la operación de la planta le representa a la EAPAM un egreso de 200 mil dólares mensuales. En marzo, los alcaldes de Portoviejo, Rocafuerte, Sucre, Jaramijó y Montecristi plantearon la creación de la empresa regional de agua potable, luego de recibir oficios por parte de Marín en los cuales se indicaba que sus cantones no recibirían más agua de El Ceibal por tener deudas. Esta decisión provocó que cuando la vicealcaldesa de Manta, Marcia Chávez acudiera a Rocafuerte a una reunión con las autoridades, fuera agredida, debido a que en la población no había agua desde hace días. En cuanto a deudas, Marín explicó que Montecristi debe 170.000 dólares, Rocafuerte 107.000 y Crucita de Portoviejo 26 mil dólares, de los demás cantones no dio información. De su lado, María Delgado, gerente comercial de la Eapam, indicó que Manta tiene aproximadamente 39 mil abonados y que a pesar de la alta morosidad, es con la recaudación de Manta que se mantiene la potabilización de agua en El Ceibal. Montecristi tiene 3.550 cuentas, Jaramijó: 1.790, mientras que Rocafuerte, Crucita y Charapotó tienen macromedidores, sobre lo cual se planilla.