“Guillito”, como cariñosamente se lo conocía, formaba parte de la selección sub 11 de la LDC, pero su militancia en esa disciplina deportiva venía ya desde los 9 años, informó su padre Régulo Cañarte. Pero lo que al pequeño futbolista más le había ganado el aprecio y el cariño de los deportistas y dirigentes de la LDC, era su infaltable asistencia a todos los viajes que a diferentes partes hacían los equipos de la institución, en razón de que se desplazaban en el vehículo de su padre, contratado para el efecto, por lo que está considerado como el transporte oficial de la Liga. “Guillermo era como la mascotita”, afirmó. Sus sueños Su anhelo de vestir el uniforme, como la mascota de la selección de Jipijapa que está participando en la Copa El Diario, en el cantón Olmedo, no se le pudo cumplir. Además todos sus sueños de llegara ser parte de la selección de fútbol de Jipijapa se quedaron truncados por falta de una atención médica oportuna y precisa, “yo ya quiero ser grande para sustituirte en el volante del Margarita del Pilar (el bus de su padre) y que tu descanses, papá”, le solía decir a su progenitor. Guillermo estudiaba en el sexto año básico de la escuela fiscal Edmundo Carbo, su madre, Mariana Parrales, lo describió como un niño cariñoso, sociable, inquieto, amante del deporte pues siempre estaba jugando indor con los chicos del barrio. El niño murió el martes 13 de noviembre por una peritonitis, lo que su padre considera como negligencia médica en los hospitales de Jipijapa y Portoviejo.