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Gilberto Espinoza | [email protected]
Los héroes de noviembre

Ayer, 15 de noviembre del 2007, se cumplió 85 años de la sangrienta represión obrera y popular que se dio en Guayaquil, bajo el gobierno de José Luis Tamayo, dirigida por el Coronel Barriga, y varios batallones del ejército ecuatoriano acantonados en esa plaza que respondieron a las oligarquías bancarias agro exportadoras dependientes de especuladores extranjeros que se nutrían de los cambios monetarios y la baja de los precios en el mercado internacional del cacao, y otros productos del Ecuador.

Viernes 16 Noviembre 2007 | 21:19

La terrible masacre obrera y popular, orquestada por agitadores infiltrados en las filas de la impotente manifestación del día 15 de noviembre, convocada por la Confederación de Obreros del Guayas y de la Federación Regional de Trabajadores, que hizo temblar las polvorientas calles de aquel Guayaquil todavía alumbrado con lámparas de gas, de aquel Guayaquil de los ruidosos tranvías, carros tirados por caballos y de la naciente industria y el caudaloso Guayas, vio teñir de su sangre las aguas de aquel histórico río y humedecer el polvo de las calles ELOY ALFARO; PEDRO CARBO, CHILE, CHIMBORAZO Y CORONEL, con la sangre obrera de aquellos ecuatorianos que reclamaban “la incautación de los giros en dólares” y otras medidas de control por el Estado contra los banqueros corruptos enquistados en el Banco Agrícola e industrial, que estaba autorizando a emitir billetes gerenciados por Urbina Jado, envuelto en otros negociados contra el pueblo ecuatoriano. Con motivo de esa funesta lucha, en la que hasta el río grande Guayas vertió en su vientre pantanoso a centenares de cuerpos de los hijos de nuestras campiñas, lanzados al agua abierto sus entrañas y sacadas sus vísceras para que no refloten, fecha que los grupos oligárquicos antipatria han tratado de esconder o desnaturalizar diciendo que “los millares de muertos, no fueron tantos, o que el ejército salvó a Guayaquil y al país de delincuentes”, quienes si conocemos la real historia no podemos menos que rendir tributo a aquellos mártires, panaderos, mecánicos, sastres, pateadores de cacao, obreros fabriles, ferroviarios, que con su sacrificio obligaron a los oligarcas capitalistas a dar paso a reformas del Estado. De esa masacre nació también la Revolución Juliana de 1925, liderada por militares jóvenes, influidos por el pensamiento socialista, lo que posibilitó que, primero el triunvirato, luego el gobierno del Dr. Isidro Ayora, dictará leyes sociales y se creará el Banco Central del Ecuador, con la que nació nuestra moneda también sacrificada por los banqueros corruptos que nos legaron el feriado bancario, de finales del siglo XX, pobreza y miseria al país. También es propicia la ocasión para decirle al gobierno de Alianza País, que no se arredre ni afloje la decisión de que en la Constituyente se den leyes justas, se impulse la equidad social y, en efecto, no dé un Ecuador de todos, para todos con justicia, patriotismo y honestidad en el manejo de los intereses de la nación. Por ello y para ello fueron los sacrificios sangrientos de ecuatorianos que junto al Presidente Eloy Alfaro nos legaron.
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