“Yo soy un tipo complicadamente simple. Me complico y me complican. La gente prefiere las cosas reales, honestas y luego se confunden. En esencia, es mejor vivir bien simple y sencillo”, dijo el cantante. Esa dicotomía a la que se refiere el “Caballero de la salsa” se puso de manifiesto en su nueva producción en la que combina la salsa y el bolero, y en la que utilizó temas inéditos de reconocidos compositores latinoamericanos. Entre el grupo de compositores que decidió escoger Santa Rosa para su álbum número 21, están el panameño Omar Alfanno, el dominicano Pavel Núñez, los puertorriqueños Víctor Manuelle y Jorge Luis Piloto, los cubanos Juan José Hernández y Juan Formell, fundador de la agrupación cubana Los Van Van. Esa simplicidad a la cual Santa Rosa se refiere también tiene que ver con el tiempo de grabación de discos, pues confesó que “no le gusta grabar” y estar dentro de un estudio por mucho tiempo porque prefiere estar “en constante movimiento”. Para complacer a todos Santa Rosa sostuvo que decidió crear un disco en salsa y otro en bolero por “capricho de muchos años para complacer a ambos públicos”, pues según dijo, “los salseros se quejaban de que hiciera más salsa, al igual, los boleristas”. “Contraste” es un disco doble, en el que todos los temas de salsa están en un álbum y el segundo incluye las baladas pop y boleros. El artista se defendió además de que haber interpretado reconocidos temas del género de salsa en bolero, y viceversa. Mencionó a los fallecidos Héctor Lavoe, Ismael Rivera y Pellín Rodríguez, al igual que otros actuales como Cheo Feliciano, Ismael Miranda y Tito Nieves, que han tenido éxito en ambas interpretaciones. Santa Rosa, ganador de un Grammy Latino por su disco “Directo al corazón” en el 2006 y este año el Grammy anglosajón en el renglón de Mejor Álbum Tropical, señaló además que el propósito de la producción de sus discos es “cantar canciones que la gente pueda cantar”. Santa Rosa espera que los boleros y baladas le permitan conquistar mercado como los de Argentina, Chile y Uruguay, donde la salsa no ha logrado calar como en Colombia y otros países.