Mientras, la aeronave afectada permanecía en el área del percance, sin la posibilidad de que interrumpa el tránsito, informaron desde este aeropuerto. Sin embargo, había una limitación: sólo podían volar los aviones no muy grandes ni pesados, siempre y cuando tengan visibilidad, mencionó el ministro de Transporte y Obras Públicas, Héctor Villagrán. Y al final, hubo problemas de visibilidad. El avión de Iberia arrasó el viernes con el sistema ILS, lo que complicaba las operaciones el sábado, más aún cuando el clima quiteño tampoco ayudaba. Entonces, los aviones necesitaban una visibilidad de pista de por lo menos seis kilómetros, pero la inclemencia climática lo permitía hasta en tres; por lo tanto, muchos vuelos fueron cancelados, entre ellos el de Icaro con destino a Manta, que tenía previsto partir de Quito a las 17h00. Inicialmente se había programado como alternativa Latacunga (a dos horas de la capital ecuatoriana), con un vuelo a las 19h00, mas se prefirió salir desde el Mariscal Sucre. Difícil visibilidad Igual, el tiempo no permitió una visibilidad de más de seis kilómetros, además que no habían naves de Icaro en Quito, y a las 21h00 los directivos de la aerolínea desistieron activar un vuelo a Manta, siendo éste cancelado después de tanto tiempo de espera de los pasajeros, incentivados por funcionarios de esta empresa que le aseguraban el viaje hacia la ciudad manabita, invitándolos a que no abandonen la sala de preembarque. Es que se preveía una nave proveniente de Guayaquil, para que traslade los pasajeros a Manta, pero no habría podido aterrizar en Quito, pues las condiciones climáticas adversas no daban tregua; entonces, se tomó la decisión de postergar el vuelo para ayer. Ayer estaba programado este vuelo para las 07h50, lo que por minutos fue frustrado como consecuencia de una falla mecánica de la nave, situación solucionada para permitir que por lo menos 200 pasajeros lleguen a Manta a las 09h27. Situación en Quito En Quito, de vez en cuando se puede observar el aterrizaje o despegue de los pocos aviones que son autorizados a hacerlo en el aeropuerto, que desde la tarde del viernes, después del percance, fue cerrado, pero reanudó sus operaciones el sábado, con restricciones. Mientras, algunos vuelos han sido trasladados a los aeropuertos de Guayaquil, o Latacunga, donde son conducidos los pasajeros en buses. Un nuevo atractivo turístico EFE.- El avión de Iberia que permanece varado al final de la cabecera norte del aeropuerto “Mariscal Sucre” de Quito, se ha convertido en la mayor atracción para los quiteños, que acuden con todo tipo de cámaras para fotografiarse con el gigante de Iberia. Ese vuelo, con 335 pasajeros a bordo y 14 tripulantes, el pasado viernes se salió de la pista y fue a parar a una zona de protección en la cabecera norte del aeropuerto, sin causar víctimas. El tren delantero del Airbus quedó enterrado en el césped que hay al final del aeropuerto, a pocos metros de viviendas y talleres, que rodean a la terminal, enclavada en una zona altamente poblada de la capital, los barrios El Rosario y Rumiñahui, cuyos moradores exigen la salida de la terminal aérea de la ciudad, pues recuerdan otros accidentes fatales ocurridos en ese sitio en el pasado. Sin embargo, cientos de curiosos han decidido ir al lugar para ver, tan cerca como les es posible al Airbus de Iberia, para tomarse fotografías de recuerdo. “También han venido gringuitos (extranjeros) a tomarse fotos”, señala una mujer, que advierte entre la muchedumbre a varios turistas. En las avenidas aledañas se ha producido congestión de tráfico. Incluso, una decena de vendedores ambulantes se han acercado al sitio para vender alimentos y algunas personas, con cámaras en mano, ofrecen vender retratos a las personas, con el fondo del Airbus.