Con dolor hay que reconocer el terrible atentado contra la seguridad y los derechos humanos que sufren los usuarios en todas las vías de la provincia, por el irrespeto a los horarios y el trato despótico que se entrega en la casi totalidad de las empresas de transporte público, sin tocar el tema de la seguridad vial. A ello se suma la indiferencia en las autoridades de control de tránsito vehicular y la poca capacidad de reacción de los agredidos ante un drama que crece a diario. La inestable e insufrible red vial de la provincia, en permanente reconstrucción, hace que volver los ojos al tren no sea una utopía, pues se trata de una alternativa de transporte seguro, barato y sobre todo atractivo, pues los tiempos de conexiones entre cantones disminuirían considerablemente y se favorecería toda actividad, desde la comercial hasta la social, cultural y turística. Ya no hay vestigios de la antigua red que unía a Santa Ana, Portoviejo, Manta y pueblos en tránsito. Todavía hay comunidades que añoran el tren que llegaba a Calceta y surge la interrogante: ¿por qué no volver a retomar una idea que dio grandes resultados? Argentina tiene un tren para servicio interno, Chile igual y con buenos resultados. El transporte por este medio en Perú y Colombia es una alternativa válida y novedosa. Venezuela cuenta con un sistema central de trenes. En Manabí hay las condiciones inmejorables y podríamos disfrutar mejor de nuestra propia tierra, disminuirían los costos de transporte de carga, se fortalecería el turismo interno y externo, y lo mejor, se respetaría la dignidad de quienes tienen que transportarse por necesidad. "En Manabí hay las condiciones inmejorables y podríamos disfrutar mejor de nuestra propia tierra"