En el hall de un hotel en Bulgaria, durante un descanso de la última gira de Chambao, ocurrió una revelación: en una pared colgaba una foto de una mujer y un árbol en perfecta sintonía, con la copa floreciente sobre el cabello femenino.
La Mari, voz del grupo, se quedó “admirada” al verla. Le transmitía un “no sé qué”. Y sin saberlo aún, esta luminosa imagen acabaría por convertirse en el nexo de unión con su nuevo trabajo, “Con otro aire”, que estará en el mercado el lunes.
“Le di muchas vueltas a la foto. Quería algo parecido para la portada del nuevo disco. Pero con algo de mi tierra”, cuenta. “Fue en un viaje a Tarifa. Allí estaba, esperándome”. Era un Acebuche silvestre, un árbol de la familia del olivo. “Muy verde, adolescente y con un toque místico”, que representaba lo que quería contar en este álbum, el más íntimo y personal de la cantante de Chambao, en el que deja en un segundo plano los sonidos electrónicos y el “‘flamenco chill” por los ritmos étnicos, la fusión caribeña y hasta la rumba.
El disco
En “Con otro aire” vuelve otra vez a contar el fenómeno de la inmigración. Su primer single, “Papeles mojados”, relata la desventura de los que dejan su vida en el agua y la pena y rabia que siente la malagueña ante esa situación.
Otro tema, “Voces”, reivindica la palabra de los más desfavorecidos con ritmos rumberos. El resto de las letras son interioridades de la artista, con las que trata su crecimiento personal, remacha La Mari, cuyos ojos verdes no han dejado de brillar como el acebuche gaditano.