La semana anterior comenté sobre la tarea periodística y tomé como ejemplo una nota con información inexacta que fue publicada en este medio, luego recibí varias llamadas que expresaban admiración a la capacidad y actitud autocrítica de El Diario al publicar un artículo que cuestionaba algo de su contenido.
Yo ratifiqué mi concepto sobre el profesionalismo de este medio, más allá de los afectos, porque mientras trabajé en él y ahora que colaboro en este espacio, no he recibido censura o veto de temas o personas, cosa que tampoco la admitiría un periodista libre, producto de lo cual no se me ocurriría la autocensura para tocar este tema que es vital en éste y cualquier medio.
Antes y después de ese artículo, El Diario ha venido planteando el debate sobre periodismo, periodistas y medios. Quizás no es una propuesta sistemáticamente establecida aún, por lo tanto un poco desordenada, se basa en la visión e inspiración ante sucesos y hechos puntuales como el viaje a Suecia y estudios de observación de Jaime Ugalde Moreira, la sana crítica y experiencia de Childerico Cevallos, la investigación y cátedra de Rubén Darío Buitrón o mis recurrentes observaciones, entre otras.
Veo con agrado una mejor conciencia situacional y profesional de algunos medios y sus directivos para no creerse poder omnímodo e incuestionable. Semanas atrás comenté en este espacio sobre Radio Sucre y el cuidado profesional que debe tener para ejercitar prolijamente la característica inmediatez de la Radio como medio de comunicación, el comentario fue acogido y agradecido por el principal de la emisora, con la respectiva recomendación a sus colaboradores para enmendar los procedimientos de recolección y emisión de información.
No es fácil admitir una crítica y el solo hecho de admitirla no es enmienda de lo criticado, pero es un buen inicio para mejorar y potenciar nuestros medios de comunicación como entes vitales para el desarrollo social que tanto reclamamos. Va siendo hora entonces de arribar a escenarios más pragmáticos en los medios, no sólo El Diario, y acoger ejemplos exitosos en defensa de la audiencia, llámese lector, televidente o radioescucha. El ombudsman o defensor del lector es la figura que sirve para la autorregulación del medio. Tener, propender o cultivar audiencias críticas y exigentes es el reto inmediato y urgente. Es el momento de debatir abiertamente el rol de los medios y periodistas, de la responsabilidad social que embarga al oficio, de su peso en las consecuencias de hoy y del futuro; dejar de hacerlo es “…condenarnos a producir información liviana y sin trascendencia, o abiertamente dañina…” como dice Javier Darío Restrepo, quien además afirma que “…El periodismo, como las armas poderosas, puede hacer mal o bien. La diferencia la pone el sentido de responsabilidad con que se lo usen".
Hablar abiertamente de estos temas en los medios son “puntos a favor” como dijo una querida lectora.
Compartir en Facebook
- ¿Qué te pareció la noticia?
- Buena
- Regular
- Mala