Actualizado hace: 936 días 20 horas
Libertad Regalado E.
Una nueva oportunidad (2)

En el artículo anterior señalaba que el haber elegido a Montecristi como sede de esta Asamblea Constituyente, tiene dos lecturas, una de un alto simbolismo, todos sabemos que esta tierra fue cuna de Eloy Alfaro, artífice de la gran revolución liberal y de la Constitución de 1906 que rigió el país durante 26 años. Una segunda lectura radica en que se vuelve un sitio estratégico por la ubicación; los acontecimientos registrados en Quito en los últimos años muestran el poder de convocatoria que tiene el pueblo cuando se trata de reclamar por inconformidades. Lo mejor es curar en sano, y alejados de los centros que pueden generar conflictos redactar una Constitución que recoja los deseos del pueblo; que muchas veces terminan siendo los de la nueva clase en el poder.

Jueves 08 Noviembre 2007 | 20:15

Eloy Alfaro en el año de 1897, eligió Guayaquil para reunir a los asambleístas, pero debido al gran incendio tuvo que trasladarla a Quito, donde por las presiones de los enemigos políticos, no pudo realizar la Carta Constitucional, que los liberales querían, y tuvo que esperar al año 1906 para consolidar sus ideales. Pienso que en la mente de quien dirige el país debe estar el deseo de emular a este hombre predestinado a las grandes hazañas, de entregarle al Ecuador una Carta Magna que dirija los destinos del pueblo, basado en una nueva estructura del Estado. Los liderazgos son cuestiones de afecto y simpatías, de esto bien lo saben quienes en su momento tuvieron el beneplácito del pueblo. Nuestro actual mandatario ha sabido ganarse esa aceptación, no sin antes haber también despertado en unos y sembrado en otros, mucho resentimiento hacia ese sector del pueblo que ha ostentado el poder basado en una política neoliberal. Mantener a los congéneres contentos involucra cumplir los compromisos, caso contrario los sentimientos de rechazo se vuelven contra quien los generó. Convertirse en un revolucionario implica abrirse varias frentes de batalla, incluso dentro de sus mismas filas, genera en sus detractores un Estado de alerta, para en el momento oportuno, convertirse en esa piedra que le impida cumplir sus sueños. Difícil tarea la que vendrán en estos meses, en que se vaya consolidando la Carta Constitucional, con aquellas reformas que aseguren una nueva estructura ideológica, una Carta Constitucional que haga posible ese cambio de 360 grados que permita transformar los poderes del Estado y un desarrollo equitativo de cada una de las regiones del país. Seguir con el modelo de administración centralista es vivir en un constante retroceso, ya Eloy Alfaro en su primera proclama como presidente en 1896 habló de procurar la descentralización de las rentas nacionales. Ese lema de “La patria ya es de todos” debe ser la que inspire a los electos asambleístas a redactar una Constitución coherente con la realidad en que vivimos. "Los liderazgos son cuestiones de afectos y simpatías"
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